
Dr. Jaume Antich Soler
Jaume Antich, secretario general del Colegio de Abogados Penal Internacional, profesor de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico de número electo de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «El Derecho Penal en el Antiguo Egipto», que presentó en el VII Acto Internacional que la Real Corporación celebró en Egipto el año pasado bajo el título genérico «Explorando el pasado milenario: una expedición científica a los tesoros de Egipto». El trabajo aborda los fundamentos del sistema de justicia penal en la época de los faraones, los procedimientos judiciales, los delitos y sus penas, así como la influencia que tuvo en la sociedad del Antiguo Egipto.
«Resulta fascinante entender cómo se percibía en aquellos tiempos este Derecho Penal y su sistema de justicia, así como el poder vertebrador de las garantías del mantenimiento del sistema en aquellos lejanos tiempos. A pesar de las discrepancias entre varios autores, y de la dificultad en el manejo de las fuentes, podemos extraer una base común sólida sobre la que se cimienta y desarrolla un Derecho Penal, sui generis, de miles de años de antigüedad. Curiosamente veremos que hay delitos, además de los llamados clásicos, que perduran a través de los tiempos, como por ejemplo los de corrupción pública», introduce el propio autor su estudio.
El experto destaca que, aunque difiere significativamente de los sistemas jurídicos modernos, ya existían en el Antiguo Egipto instituciones y procedimientos que regulaban delitos y castigos, con un fuerte énfasis en mantener el orden social y estatal. La influencia de principios religiosos es evidente, ya que el sistema jurídico estaba estrechamente vinculado a la religión y a la cosmovisión egipcia, donde la justicia se concebía como un reflejo del orden cósmico, representado por la diosa Maat, símbolo de justicia, verdad y armonía. El análisis histórico revela una evolución en el sistema de justicia y castigos a lo largo de las diferentes dinastías. En los periodos predinástico y del Reino Antiguo predominaba un enfoque basado en la venganza y la restauración, con procedimientos rudimentarios y un fuerte componente ritual. Con la consolidación del Imperio Medio se formalizó el sistema judicial, introduciéndose castigos severos como mutilaciones y ejecuciones y estableciéndose tribunales jerárquicos. En el Imperio Nuevo, los castigos adquirieron un carácter más ritualizado y ejemplar, con una fuerte influencia religiosa y la dependencia de oráculos para la toma de decisiones. Durante el Tercer Periodo Intermedio y las dominaciones extranjeras se incorporaron prácticas foráneas y disminuyó el uso de la pena de muerte, aunque el sistema mantuvo su complejidad normativa, integrando elementos religiosos, morales y políticos.
El académico electo señala cómo el sistema judicial egipcio se caracterizaba por su estructura jerárquica, con tribunales locales como el Kenbet y órganos superiores, incluyendo el Gran Kenbet y tribunales especializados. La justicia se administraba mediante procedimientos que comenzaban con un juramento, y la falsedad era severamente castigada. La figura de los abogados no existía, debido a los riesgos de seducción al tribunal, y los delitos se clasificaban en contra del Estado, las personas, la propiedad y la religión. Los castigos incluían la muerte, mutilaciones, empalamiento y quema, siendo las penas severas en delitos graves, muchas veces vinculadas a rituales religiosos. En cuanto a los derechos de las mujeres, gozaban de la propiedad y la participación en juicios, siendo destacada la figura de Nebet, una de las primeras juezas y visires. La justicia en Egipto también se caracterizaba por su carácter dual, combinando aspectos legales y religiosos con procedimientos que incluían denuncias, testimonios, juramentos, consultas a oráculos y castigos físicos. La documentación de estos procesos se realiza en inscripciones, estelas, relieves y textos históricos, que reflejan la importancia de la religión en la administración de justicia.
Lo que podría definirse, en conclusión, como Derecho Penal en el Antiguo Egipto constituía un sistema complejo y profundamente influenciado por la religión, la moral y la política. Su finalidad principal era mantener el orden social y cósmico mediante un conjunto de instituciones, procedimientos y castigos que reflejaban una concepción de justicia distinta, basada en la autoridad divina y en la preservación del equilibrio universal. El experto, sin embargo, alerta de que la investigación en este campo requiere cautela, dado que las fuentes arqueológicas y documentales son complejas y sujetas a interpretaciones variadas, pero permiten comprender un sistema sui generis con raíces profundas en la historia jurídica de la humanidad. Antich es vocal de la Comisión de Mediación del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona y asesor de su Comisión de Justicia Penal Internacional y Derechos Humanos y miembro de honor del Consejo Superior Europeo de Doctores y Doctores Honoris Causa.