La Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) celebró el pasado 6 de julio en el marco de su actividad académica la mesa redonda «El poder de la diferencia: analizando la diversidad en la empresa», que analizó el concepto de diversidad como elemento propio de la naturaleza humana y su gestión como un factor crítico para el progreso económico y social de las empresas. A través de experiencias llevadas a cabo por empresas como Google, Twitter, IBM, Nestlé o Sodexo, los ponentes reseñaron cómo las buenas prácticas respecto de la gestión exitosa de la diversidad en las organizaciones son la clave del éxito.
La sesión, que se celebró en formato presencial, contó con la participación de Josep Alet, presidente de la Asociación de Agencias de Marketing Directo e Interactivo, socio fundador y profesor del Instituto de Comercio Electrónico y Márketing Directo y académico correspondiente de la RAED; Myrtha Casanovas, empresaria y fundadora del Instituto Europeo para la Gestión de la Diversidad y de la plataforma Artistas Diversos y colaboradora habitual de la Real Academia, y Jordi Martí, profesor de Economía y Contabilidad de la Universidad de Barcelona y académico de número y miembro de la Junta de Gobierno de la RAED. Moderó el acto la académica correspondiente Cecilia Kindelán, profesora de Comunicación en ESIC Business & Marketing School.
«Hoy ya sabemos que el futuro es inclusivo y que la gestión de la diversidad se ha convertido en un tema clave para la supervivencia y crecimiento empresarial. Una empresa que quiera emprender el cambio en su sector deberá tener presente que nos dirigimos hacia un mundo diverso e inclusivo. A pesar de esto, hasta ahora, la diversidad no ha sido suficientemente tenida en cuenta dentro de las empresas o, quizá, no se ha comunicado de un modo efectivo. La diversidad necesita un nuevo liderazgo, aquél que humaniza la empresa y pasa de estar centrado en sí mismo a conectarse con los demás. En la era de la conectividad y el conocimiento, quizá lo que debemos promover es la conexión real con el otro y con un mundo que cada vez es más polarizado y desigual», inició Kindelán su intervención para centrar el debate en ese nuevo liderazgo empresarial para una nueva era.
Casanovas situó el concepto de diversidad y señaló que si bien en su origen estaba centrado en la diferencia de género, cada vez más se está abriendo a las diferentes dimensiones del ser humano: edad, origen, cultura, valores, estilos de pensamiento, capacidades diferentes o formación. «Las barreras que hay para la gestión corporativa de la diversidad en las organizaciones están fundamentadas en la resistencia al cambio y en que no hemos entendido la globalización. En estos momentos tan críticos, la diversidad juega un papel clave en relación con la estabilidad de la Unión Europea. La humanidad transforma el mundo de lo micro a lo macro, siempre que se fomente el valor de la inclusión de las diferencias que la caracteriza», señaló.
La experta, sin embargo, afirmó que la diversidad sin inclusión no es suficiente. «Si tenemos un equipo diverso, pero no inclusivo, no es suficiente. Lo que realmente importa es que seamos inclusivos, que cada persona se sienta bien siendo una misma, que se sienta segura. Tenemos que permitir que cada uno traiga a la empresa lo mejor de sí mismo y que se sienta querido, protegido, libre y completamente seguro para opinar y participar siendo quien realmente es», explicó.
Para Alet, la diversidad en las organizaciones es una palanca de innovación y transformación. «Los grupos homogéneos, cuando se reúnen encuentran rápido la solución a un problema, se ponen pronto de acuerdo, pero la solución no será muy innovadora. Sin embargo, cuando se trata de un grupo diverso, aunque se tarda más tiempo en llegar a la solución, la respuesta es más creativa e innovadora. El teletrabajo ha contribuido a mejorar la gestión de la diversidad. Nos ha hecho más autónomos. La diversidad actúa como catalizador de crecimiento de la empresa y permite a las organizaciones liderar la transformación de sus sectores de actividad», afirmó.
Martí, por su parte, coincidió en que la diversidad se debe considerar como un activo intangible de la empresa. «El concepto de activos intangibles no es un tema reciente en el entorno empresarial. Sin embargo, su medición y relevancia ha adquirido más fuerza en la actualidad. De hecho, los activos intangibles representan el 80% del valor de la empresa. El problema que ocurre con la diversidad es que no tenemos escala para medirla. La empresa puede y debe soportar todo el grado de diversidad que existe», consideró.
Para el académico, el capitalismo se vuelve cada vez más consciente y el buen gobierno se hace cada vez más crítico para gestionar con éxito el futuro de las organizaciones. «La diversidad y la inclusión fomentan un círculo virtuoso en la empresa que va desde una mejor comprensión de los clientes, un punto de vista más innovador, una adaptación mejor a sus necesidades, la demostración dentro y fuera de unos valores coherentes como organización, una mejor experiencia de cliente, un mejor clima de trabajo y por ende un aumento del negocio para la organización», concluyó.
Kindelán cerró el acto presentando las principales conclusiones del debate. «Hay que situar la diversidad en el centro de la estrategia de las organizaciones. Es una cuestión de valores, de gestión, de talento, de atracción de los mejores en un mercado cada vez más competitivo y volátil. Las empresas no pueden seguir gestionando sus estrategias con un pequeño grupo de personas que ocupan las posiciones de dirección, que deciden y marcan lo que el resto de los profesionales tiene que hacer. En un mundo dominado por la incertidumbre, ante retos ambiguos, globales y volátiles, se necesita que todas las personas sumen su talento en la misma dirección. La diversidad necesita un nuevo liderazgo, aquel que humaniza la empresa y deja de estar centrado en sí mismo para conectarse con los demás. El futuro nos necesita a todos y no podemos permitir que nadie se quede atrás. De nosotros depende aprovechar esta oportunidad para progresar y resolver las brechas de la sociedad», resumió.