Rafael Urrialde, profesor del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y del Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud de la Universidad CEU-San Pablo, presidente de la Comisión Científica de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, secretario de la Fundación Española de Nutrición, académico de honor de la Academia Española de Nutrición y Ciencias de la Alimentación y académico de número y miembro de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), aborda el debate sobre los edulcorantes en un artículo publicado por el portal digital Nius el pasado 16 de mayo después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya desaconsejado el uso de algunos de ellos.
El académico recuerda, en concreto, que la OMS no recomienda el consumo de algunos edulcorantes como la sacarina o la estevia, ya que no ayudan a controlar el peso, y su uso puede aumentar el riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares. Los edulcorantes están presentes en muchos alimentos como yogures, bollería, cereales y embutidos, lo que ha causado cierta preocupación entre la población. De ahí que el experto en seguridad alimentaria critique que este organismo internacional de referencia en la materia los esté desaconsejando en lugar de retirar su aprobación si tienen efectos negativos. Los edulcorantes naturales como el xilitol también tienen efectos que deben estudiarse más en profundidad, aunque se ha demostrado que reducen la prevalencia de la caries.
«Si hay cualquier mínima duda de inseguridad, si la OMS tiene sospecha o tiene datos de cualquier efecto indeseable de uno o varios de estos edulcorantes, debería desautorizarlos y retirar su aprobación de forma inmediata. Y si no tiene pruebas, no generar este alarmismo. La situación que se ha generado con la recomendación de la OMS implica que habría que analizar caso por caso. Cada edulcorante tiene una fórmula distinta. Entonces no se puede generalizar. No tiene sentido. La sacarina, por ejemplo, lleva utilizándose 150 años, y son precisamente los diabéticos los que más la consumen, tendría que haberse visto un efecto negativo en este grupo de población. El resto de edulcorantes llevan usándose 30 o 40 años, también mucho tiempo», explica.
Urrialde coincide con la OMS en que los edulcorantes no sirven para reducir el sobrepeso y la obesidad. «Son simplemente una herramienta de gestión de la reducción del azúcar e incluso de la reducción del grado de dulzor. Ahora, la cantidad de azúcar de la dieta y la cantidad de calorías de la dieta se tiene que gestionar con la dieta total. Mucha gente se toma el café con leche con sacarina y luego un croissant con mermelada y mantequilla. Así, el cómputo final no es el esperado. Para conseguir los efectos para la reducción de sobrepeso y obesidad, el control sobre la ingesta de alimentos y bebidas debería ser sobre la dieta total», concluye.
Miembro de diferentes comités científicos relacionados con la alimentación y la nutrición, Urrialde es autor y coautor de publicaciones científicas relacionadas con la educación nutricional. Fue jefe de Salud y Seguridad Alimentaria en Puleva Food, director del Área de Sanidad y Alimentación en la Unión de Consumidores de España, coordinador técnico de la revista «Ciudadano», director de Salud y Nutrición de Coca-Cola Iberia, técnico de análisis del Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y colaborador de la Cátedra de Fisiología Vegetal de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid. Reconocido experto en la regulación alimentaria, Urrialde lideró entre los pasados 20 y 22 de octubre el IV Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, que se celebró el Segovia y acogió a su vez el V Congreso Iberoamericano de Nutrición y Salud Pública-Grupo Latinoamericano de Nutrición Comunitaria y la Reunión Anual de la Academia Española de Nutrición y Ciencias de la Alimentación, que entregó los Premios AEN 2022.