«El gran brote de gastroenteritis en Barcelona sugiere que el manejo de los riesgos microbianos de las aguas minerales podría beneficiarse de un análisis adicional de los patógenos virales relevantes»
Albert Bosch, académico de número y presidente de la Sección de Ciencias Experimentales de la Real Academia Europa de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), argumenta en un artículo que firma junto a otros especialistas en la revista científica Emerging Infectious Diseases que los protocolos de análisis bacterianos que se realizan actualmente para garantizar el consumo de bebidas y alimentos deberían incluir otros patógenos virales relevantes, como los norovirus. Es la conclusión del estudio «Norovirus detection in bottled mineral water associated with a gastroenteritis outbreak», donde el académico y otros especialistas en virología y salud pública analizan el brote de gastroenteritis que se sufrió en Barcelona a finales de 2016 provocado por el consumo de agua embotellada procedente de manantiales andorranos.
El artículo explica cómo la causa de la contaminación del agua aún no se ha dilucidado, aunque el elevado número de personas afectadas de 381 oficinas de Barcelona que recibieron enfriadores de agua y los muchos genotipos diferentes que se encuentran en las muestras de heces de algunos pacientes apuntan a la contaminación del acuífero de donde se recogió el agua mineral con aguas residuales. La contaminación, de hecho, fue reconocida por el Ministerio de Salud y Bienestar de Andorra y se prohibió el uso del agua para el consumo.
«Este gran brote sugiere que el manejo de los riesgos microbianos de las aguas minerales producidas comercialmente, universalmente basadas únicamente en parámetros bacterianos, podría beneficiarse de un análisis adicional de los patógenos virales relevantes, como los norovirus -aseguran los autores-. Sin embargo, los costos sustanciales incurridos en el desarrollo, la mejora y la gestión de los sistemas de vigilancia de virus requieren un enfoque equilibrado para mantener tanto el costo como el tiempo requeridos para los análisis dentro de los límites de viabilidad».