Enrique Sada Sandoval

Enrique Sada

El historiador mexicano Enrique Sada, colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), comparte con la comunidad académica los artículos «El error de Zedillo», «Un nuevo sucesor de Pedro» y «Ni reforma ni elección», en los que aborda tanto cuestiones polémicas en México como el reciente proceso electoral de jueces y magistrados, como la elección del nuevo pontífice León XIV, que como su predecesor Francisco proviene del continente americano. Estas publicaciones aparecieron a lo largo del pasado mes de mayo en el diario «El Siglo de Torreón» y en el portal digital Código Libre.

En «El error de Zedillo», el experto celebró la reciente reaparición del expresidente de México Ernesto Zedillo, quien durante un foro internacional lamentó lo que consideró la destrucción de la incipiente democracia mexicana a causa de las injerencias del poder ejecutivo en el judicial. Para Sada, el error de Zedillo fue, precisamente, no abordar las políticas que ya apuntaba el también expresidente Andrés Manuel López Obrador, seguidas por su sucesora, la actual presidenta Claudia Sheinbaum.

«El mayor error de Zedillo fue en su momento el mismo que padeció en bloque toda la partidocracia inepta durante el lapso de incipiente democracia (2000-2018), como lo fue el acobardarse ante un candidato perdedor y quemador de pozos petroleros en Tabasco al otorgarle como premio de consolación la Jefatura del Gobierno del Distrito Federal -cuya residencia mínima de 5 años no acreditaba legalmente- al ex priista Andrés Manuel López Obrador, en vez de procesarlo criminalmente ‘para no hacerlo mártir político’; cantaleta deplorable que desde entonces sacrificaba la justicia en favor de la imagen pública, y cuya fórmula fatídica siguieron repitiendo todos los que le sucedieron en la silla presidencial», asegura.

Por su parte, en «Un nuevo sucesor de Pedro», Sada analiza la designación por parte del colegio elector cardenalicia del cardenal estadounidense y peruano Robert Francis Prevost Martínez como nuevo papa tras la muerte de Francisco. «Que el humo blanco de la elección papal salga desde Roma pero que venga soplando dos veces seguidas desde el continente americano, tanto en el caso de Francisco como en el de León XIV, y de sur a norte, bien puede interpretarse como un muy singular augurio para muchos lo mismo que como signo de los tiempos desde el corolario de la Teología; esto es, como un mensaje esperanzador: en un mundo dividido por polarizaciones ideológicas, lleno de fracturas y de heridas tan profundas como dolientes en el que desde la barca de san Pedro, hay siempre un lugar para todos los que como hijos pródigos buscamos la vuelta simbólica y literal a la casa de un padre amoroso, en medio de las tormentas», reflexiona.

pontífice León XIV

Nuevo pontífice León XIV

Finalmente, en «Ni reforma ni elección», el historiador vuelve a abordar el inédito proceso de elección de jueces y magistrados convocado en su país y que para las asociaciones profesionales supone una estrategia política para debilitar al poder judicial. «En una elección de Estado en que no hay árbitros ni transparencia, donde se ordena desde el uso de acordeones para legitimar a sus candidatos indicando que voten solo a los marcados por las siglas PE (poder ejecutivo, que son los candidatos de la Presidencia) y donde el Instituto Nacional Electoral quedó cooptado por una empleada del partido oficial impuesta por Alfonso Durazo desde hace más de un año, en complicidad criminal con los partidos políticos de oposición que nunca protestaron o impugnaron esa designación viciada de origen, no existen garantías de legitimidad, pues tampoco se permitió participación ciudadana en el escrutinio de los votos, más allá de la simulación, el discurso y el enorme dispendio de recursos públicos ante una falsa reforma travestida de elección que nadie pidió para empezar», concluye.