Daniel Berzosa, profesor de Derecho Constitucional y abogado, miembro de Global Academy y del Consejo Científico de Citizens pro Europe y académico de número electo de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona, 1914 (RAED), reflexiona sobre los retos que afrontan las monarquías parlamentarias europeas tras el fallecimiento de Isabel II de Inglaterra en los artículos «Retos de Carlos III de Inglaterra» y «La madurez de la reina», publicados los pasados 12 y 15 de septiembre en el diario «ABC», en su relevante sección «La Tercera». Doctor en Derecho, Berzosa ingresará en la Real Academia como académico de número el próximo 11 de octubre en una solemne ceremonia que se celebrará en la Sala de Actos del edificio de Fomento del Trabajo de Barcelona, sede de la RAED. Teresa Freixes, académica de número y vicepresidenta de la institución, responderá a su discurso de ingreso. El acto podrá seguirse en streaming a través de este enlace.
«Recuerdo que incluso desde antes del tenebroso tiempo para la monarquía inglesa que siguió a la trágica muerte de Diana de Gales -cuando se agudizaron las manifestaciones-, los medios ingleses y del resto del mundo deslizaban o expresaban abiertamente que Carlos de Inglaterra, príncipe de Gales, no llegaría nunca a reinar por la antipatía que suscitaba el heredero inglés de forma mayoritaria entre sus compatriotas, y que la corona de aquel país se saltaría al heredero legítimo y aquella pasaría directamente de su reina Isabel II (1952-2022) a su nieto Guillermo. Esto también se decía, por cierto, del rey Balduino de los belgas (1951-1993), sin descendencia respecto de su sobrino Felipe y primogénito de su hermano, quien, pese a los dimes y diretes, y del río que suena agua lleva, naturalmente, lo sucedió como Alberto II (1993-2013)», inicia el académico su argumentación en el primero de los artículos.
Para Berzosa, Carlos III deberá afrontar un reinado complejo en una sociedad en crisis que nada tiene que ver con la que convivió la reina, por cifras económicas, peso político y proyección cultural. «La coyuntura económica británica es muy delicada. Se enfrenta a una recesión inflacionaria de primera magnitud y el país lleva mucho tiempo sin hacer reformas de calado», señala el experto, que fija como primer reto para el rey que sepa reconducir el enrarecido ambiente familiar y sepa armonizar la relación con su hijo y nuevo heredero al trono, Guillermo.
Sobre la reina Letizia, Berzosa destaca, con motivo de su 50.º aniversario, su papel institucional y social, asumido con responsabilidad y modestia. «Doña Letizia constituye la confirmación de que, llegado el momento, la conjugación entre tradición y horizonte de nuestra ágil y evolucionada monarquía parlamentaria en su relación con el pueblo español, y el peso de la historia y del ser español (en recientes palabras de su majestad el rey en su ofrenda al Apóstol Santiago: ‘Un pueblo responsable, decidido, fuerte y solidario, al que nunca le ha faltado ni ambición ni coraje. Porque España tiene carácter’), salvan a nuestra nación de sus recurrentes decadencias de covachuela y centrifugación», señala.
El académico destaca cómo doña Letizia ha trabajado muy activamente y con perseverancia para asumir un papel de reina consorte ejemplar. «Es un hecho que se ha consagrado a preservar la continuidad de la corona y la monarquía parlamentaria. Destaco dos valores significativos. Por un lado, apoya al rey en su dimensión pública, acompañándolo a los actos oficiales que se determinan, dentro y fuera de España. Por otro lado, junto a Felipe VI, ha construido una estabilidad familiar, con sus valores afectivo, emocional, social y político; y está muy pendiente de la formación y el día a día de la princesa de Asturias y la infanta doña Sofía, la generación que viene. Todo lo cual redunda en beneficio de la institución real, cuyas funciones son ejercidas -nunca se olvide- por personas», afirma.