José María Baldasano, catedrático de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), critica la última de las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que anulan la zona de bajas emisiones de Barcelona que veta el acceso a los coches más contaminantes en el artículo «Las zonas de bajas emisiones, una necesidad de las ciudades para respirar aire limpio», publicado en el diario «El País» el pasado 27 de marzo.
«Barcelona y Madrid sufren desde hace más de 20 años problemas de contaminación, de tipo crónico, cada día, del aire que necesitamos para respirar, además de los episodios de polución. Entre un 50% y un 70% se debe al tráfico. Problema que no tiene una solución única ni mágica. Las zonas de bajas emisiones son uno de los sistemas más utilizados en Europa: limitan la circulación a los vehículos que más contaminan. Para su discriminación se usan las normas Euro que definen el nivel de emisión para homologar los coches, cada vez más exigente», inicia el académico su argumentación.
Baldasano señala que el confinamiento del año 2020 mostró ciudades con aire limpio y permitió conocer cuánto deberían reducir la contaminación. Para el dióxido de nitrógeno, un 48% en Barcelona y un 57% en Madrid. «Tanto Barcelona como Madrid deberían ser mucho más exigentes y ambiciosas. La zona de bajas emisiones de París abarca 490 kilómetros cuadrados y la de Londres, 360. La adopción de esta zona en Barcelona y Madrid se conocía desde 2017. Uno de sus efectos ha sido la renovación del parque circulante a vehículos más limpios. Conveniente, porque España es el tercer país de Europa con el parque móvil más viejo. La renovación reduce los contaminantes atmosféricos, principal objetivo buscado, pero también reducir las emisiones de CO₂, positivo ante la emergencia climática», añade, primando la mejora universal de la calidad del aire por encima del derecho a utilizar el vehículo particular contaminante.
El académico es autor del «Informe sobre cambio climático» que debatió la Comisión de Emergencia Climática del Parlamento de Cataluña y del estudio «Las zonas de bajas emisiones para mejorar la calidad del aire de las ciudades», que presentó en el encuentro virtual «Barcelona, zona de bajas emisiones», celebrado por el diario «La Vanguardia». Baldasano estudió a fondo los efectos de la reducción de emisiones que se produjo debido a las restricciones de movilidad a consecuencia de la pandemia en artículos como «Covid-19 lockdown effects on air quality by NO2 in the cities of Barcelona and Madrid (Spain)», donde apelaba a la implementación de nuevas políticas de movilidad urbana tras certificar una reducción de emisiones que se situó entre el 50% y el 62% en estas dos ciudades durante el mes de marzo de 2020.