Jaume Llopis
Profesor de Dirección Estratégica de IESE-Universidad de Navarra y colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Artículo publicado en el diario «La Vanguardia» el 3 de octubre de 2021
Jaume Llopis, profesor de IESE Business School y colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona sobre el comercio global, los problemas logísticos que acarrea y el desabastecimiento de componentes electrónicos, así como de la amenaza que se cierne sobre el comercio en la próxima campaña navideña por el aumento de costes que todo ello supondrá en plena recuperación, en el artículo «¿Y quién pagará ahora la fiesta?», que publicó el pasado 3 de octubre en el suplemento de Economía del diario «La Vanguardia». Llopis es especialista en gestión de empresa y canales de distribución, ámbitos en los que ha desarrollado buena parte de su carrera profesional y docente.
«Todos los indicadores apuntan a que habrá un incremento importante de consumo de alimentos y bebidas en la campaña de Navidad. La industria, la distribución y la hostelería aumentarán sus ventas significativamente, pero con resultados dispares en sus beneficios. El auge considerable de los costes de todo tipo se cierne principalmente sobre la industria, con subidas de la energía, las materias primas, los embalajes, los fletes, etc. La industria alimentaria española es un ejemplo de competitividad internacional y buena gestión. Y ahora, para asegurar su competitividad, se enfrenta al nuevo reto de cómo absorber estos costes más altos», inicia el especialista su reflexión.
Para Llopis, sería del todo injusto que estos probables aumentos de precios acabasen repercutiendo sobre el consumidor final, ya que ello disminuiría el consumo y subiría la inflación, que refleja ya índices preocupantes. De la misma manera, considera que sectores tan afectados por la crisis que ha traído consigo la pandemia como los servicios o la hostelería no deberían tampoco asumir el grueso de la factura. «El consumidor, por el bien de todos, no debería pagar la fiesta, y la hostelería tampoco debería salir perjudicada, porque bastante ha sufrido», señala.
Ante esta disyuntiva, el profesor de IESE apuesta por el sentido común que significaría una negociación entre la industria y la gran distribución, dos sectores que se necesitan y retroalimentan y están en el foco de este problema de desabastecimiento e incremento de costes, que debe ser puntual y asumible, más allá del debate de la reindustrialización y la dependencia de los productores asiáticos. «Estoy seguro, conociendo la gran profesionalidad de la industria y la distribución, que harán un ejercicio de responsabilidad y se sentarán a negociar con actitud positiva, razonando, uno por uno, los aumentos de costes. La distribución aceptará soportar parte de los aumentos para no perjudicar al consumidor. La fiesta no la pueden pagar sólo la industria o el consumidor», concluye.