Guillermo de BenaventLa Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) prosigue con la serie que dedica a los académicos más notables de su centenaria historia y dedica esta decimonovena entrega, como las dos anteriores, al tercero de los presidentes que ha tenido desde su fundación a principios del siglo XX hasta completar un ciclo dedicado a todos sus antiguos máximos representantes institucionales ya desaparecidos. En este caso se recuerda la figura de Guillermo de Benavent Camps, que ocupó el cargo de decano-presidente del entonces Colegio de Doctores del Distrito Universitario de Barcelona durante casi cuatro décadas, entre 1926 y 1963.  Otra de las grandes figuras de la ciencia y el pensamiento que han formado parte de la RAED y que la actual Junta de Gobierno quiere agradecer, reconocer y reivindicar, en el convencimiento de que quien no tiene memoria, no tiene futuro. La selección de estos selectos académicos, de todos los ámbitos del conocimiento, es fruto de la investigación llevada a cabo para la publicación del «Libro del Centenario» de la Real Academia, editado hace ya tres años. Personalidades que trascienden su contexto histórico para aparecer hoy en día como referentes del saber.

Reconocido médico y farmacéutico, De Benavent consiguió reflotar a la Academia de diversas crisis internas y externas que amenazaron su existencia en diversos períodos. Pionero de la institución y uno de sus más activos exponentes, ocupó la Secretaría durante el mandato del primer presidente, Álvaro Esquerdo. Según la documentación de la época, a la muerte de éste, acaecida en 1921, se afanó en buscar como sucesor a una figura de prestigio como era Pablo Gerardo Maristany, conde de Lavern, aunque él siguió dedicándose a la organización interna del aún Colegio de Doctores.

Dr. Guillermo de Benavent Camps

Dr. Guillermo de Benavent

Tras la desaparición del segundo decano-presidente cinco años después, De Benavent accedió a representar a la academia de forma interina y sorteó tanto la crisis que trajo consigo la dictadura de Primo de Rivera entre 1923 y 1930 como los convulsos años de la República (1931-1936) y los rigores de la Guerra Civil (1936-1939). Acabado estos periodos, De Benavent, restauró la institución y oficializó su cargo como presidente en 1943, meses antes de conseguir una audiencia con el entonces jefe de Estado, Francisco Franco, para conseguir el reconocimiento político de un Colegio que, sin renunciar a sus orígenes y a su historia, siguió rigiéndose por sus Estatutos de 1924.

En este nuevo período y bajo el liderazgo de De Benavent, la Academia abordó el renacer de la enseñanza universitaria mediante un ciclo de conferencias magistrales que tuvieron lugar en el Aula Magna de la Universidad de Barcelona a lo largo de casi dos décadas. Una intensa actividad que situó a la institución al más alto nivel académico y que vino acompañada por la invitación a participar en ella y a sumarse a la Academia como miembros de honor a las principales figuras españolas de todos los campos del saber de ese período. Fueron los años en los que los principales intelectuales españoles respondieron al llamamiento de la institución, desplazándose en la mayoría de los casos a Barcelona para formalizar su ingreso o realizar su clase magistral.

Con ese haber en su favor, el último gran logro de De Benavent fue conseguir que el Colegio de Doctores se transformase en Academia en 1954 gracias a una orden ministerial. En 1963 el presidente falleció en Arenys de Mar dejando una institución de prestigio y de referencia con una intensa actividad.

 

Miembros de la Junta de Gobierno del Colegio de Doctores

Miembros de la Junta de Gobierno del Colegio de Doctores. En la primera fila, a la izquierda, el decano conde de Lavern; en el centro, Ignacio Bauer, fundador de la Academia de Doctores de Madrid, y a la derecha, Guillermo de Benavent, secretario y posterior decano del Colegio de Doctores.