El académico Francisco Kerdel recuerda cómo impulsó la creación de la Cátedra Simón Bolívar de estudios Latinoamericanos
Francisco Kerdel, académico de número de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, de la Academia de Ciencias Físicas y Matemáticas y Naturales de Venezuela y académico correspondiente de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), ha puesto al día el estudio «Cómo nació la Cátedra Simón Bolívar de estudios Latinoamericanos de la Universidad de Cambridge», publicado por primera vez en 2010 a partir de su propia experiencia como impulsor de esta reconocida Cátedra nacida en 1968 con el apoyo de las autoridades venezolanas y la compañía petrolífera Shell.
«Era 1967 y yo disfrutaba de mi año sabático en la Universidad de Cambridge como investigador en la sección de Patología Experimental del Instituto de Fisiología Animal del Centro de Investigación de Agricultura. Simultáneamente era agregado científico de la Embajada de Venezuela en Reino Unido. Se dio en aquel tiempo la feliz circunstancia de que el presidente Raúl Leoni designara como embajador a Miguel Ángel Burelli, a quien conocía, al igual que a su esposa, María Briceño, de años atrás. Miguel Ángel no solo me invitó a su presentación de credenciales a la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, sino que me pidió que pensara en algún proyecto significativo para estrechar las relaciones culturales y científicas entre Venezuela y Gran Bretaña. Le prometí pensar algunas ideas para ser estudiadas conjuntamente», inicia Kerdel su relato.
De ese impulso inicial nació un proyecto que se acabaría convirtiendo en una de las principales iniciativas académicas, pioneras en aquel momento, y de colaboración entre Reino Unido, Venezuela y toda Hispanoamérica por extensión. Desde entonces, hace ya más de cinco décadas, la Cátedra Simón Bolívar y Centro de estudios Latinoamericanos de la Universidad de Cambridge tiene como objetivo el fomento de la investigación y enseñanza de América Latina en Cambridge, ofreciendo programa de máster y de doctorado, además de servir como centro de apoyo y supervisión para estudiantes doctorales. Asimismo apoya proyectos de investigación, organiza conferencias y acepta académicos invitados.
«De la importancia de la Cátedra hay mucho que decir; supongo que los más autorizados para hacerlo son los que han sido profesores de ella en Cambridge: Octavio Paz, Marcel Roche, Beatriz Sarlo, Fernando Henrique Cardoso, Mario Vargas Llosa, Guillermo O’Donnell, Asdrúbal Batista, Allan Brewer Carías o Carlos Fuentes, entre otros. Personalmente tuve injerencia en la selección de dos de ellos, ambos colegas: primero, alguien cuyos servicios en la erradicación de la malaria en Venezuela jamás podrán olvidarse, Arnoldo Gabaldón. Y luego, ya como embajador en Reino Unido, propuse a Blas Bruni Celli, académico numerario de cuatro Academias Nacionales», concluye Kerdel.