Rafael Urrialde, profesor del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y del Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud de la Universidad CEU-San Pablo, presidente de la Comisión Científica de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, secretario de la Fundación Española de Nutrición, académico de honor de la Academia Española de Nutrición y Ciencias de la Alimentación y académico de número y miembro de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), y Marcela González-Gross, catedrática de Nutrición y Fisiología del Ejercicio y directora del Departamento de Salud y Rendimiento Humano de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición, académica correspondiente de la Real Academia Nacional de Farmacia y académica de número de la RAED, presentaron el pasado 8 de octubre el estudio «EnComCol (Encuesta Comedores Colegios)» sobre alimentación, nutrición y estilo de vida saludable entre niños y niñas de 6 a 11 años y jóvenes de 12 a 17 años.

Elaborado con la colaboración de la Sociedad Española de Nutrición y la Universidad Politécnica de Madrid a través de su Grupo de Investigación en Alimentación, Nutrición, Ejercicio y Estilo de Vida Saludable, el informe determina que el uso del comedor escolar puede influir en los comportamientos alimentarios de la población infantil, ya que los niños y las niñas de entre los 6 y 11 años que utilizan este servicio pueden tener mayor información sobre alimentación saludable que los que no lo usan. De la misma forma, los menores que acuden al comedor escolar también realizan más ingestas diarias: el 81% de los que lo usan realiza cinco comidas al día, mientras que esa cifra baja al 73% entre los que no comen en los centros educativos. En cuanto a los hábitos relacionados con la alimentación, el estudio también determina que la televisión está muy presente durante las comidas de niños y jóvenes: 29% de menores españoles ven la tele todos los días en cada comida, llegando hasta el 32% en los mayores de 12 años.

De hecho, la encuesta revela un comportamiento alimentario que difiere claramente entre el grupo de 6 a 11 años y el de 12 a 17 años, siendo el uso del comedor escolar un posible factor determinante. Una clara diferencia es que el comedor escolar puede condicionar el modelo comportamental alimentario, por este motivo, partiendo de la base que mayoritariamente se usa en el grupo de 6 a 11 años, se estableció una cuota del 50% para ver si es determinante social, mientras que en el grupo de 12 a 17 años se dejó aleatorizado comprobándose que su uso es muy bajo y, por tanto, no ejercería esa posible función de determinante social. «El comedor escolar es un factor crítico en la educación alimentaria y nutricional en el grupo poblacional infantil y juvenil. Es allí donde, además de alimentarse, pueden recibir parte de su formación en hábitos saludables. Los datos nos muestran diferencias en los datos obtenidos entre quienes asisten y quienes no: los niños que no van al comedor escolar y solo reciben información nutricional durante las horas lectivas parece que no tienen el mismo nivel de educación alimentaria que aquellos que sí participan en este entorno. Además, es fundamental mantener estos hábitos cuando dejan de ir al comedor, ya que en la adolescencia observamos lo que podríamos señalar como un abandono de rutinas saludables que puede derivar en consecuencias negativas a futuro», explicó Urrialde durante la presentación.

En cuanto a la percepción sobre su alimentación, el 48% de los niños de 6 a 11 años considera que la suya es bastante sana, al igual que un 45% de los jóvenes entre 12 y 17 años, sin contemplarse grandes diferencias en este caso entre quienes acuden o no al comedor. Sin embargo, sí se registra un mayor impacto del uso del comedor a la hora de practicar algún deporte, siendo más habitual realizar alguna actividad física organizada entre los que comen en su centro educativo (79%) frente a los que no lo hacen (72%).  Esta tendencia se acentúa todavía más entre los jóvenes (entre 6 y 11 años), existiendo una diferencia de 12 puntos (un 80% frente a un 68%). Estos datos pueden implicar que la existencia de una mayor sensibilidad hacia hábitos alimentarios con valores educativos puede influir también en comportamientos de estilos de vida. «Los datos demuestran que los niños y adolescentes que cumplen con los 60 minutos diarios de actividad física de moderada a vigorosa presentan una mejor composición corporal. En las edades más tempranas, el ejercicio contribuye además a un desarrollo motor más completo y equilibrado. Sabemos que las conductas saludables tienden a reforzarse entre sí: quienes practican actividad física con regularidad muestran menor tendencia al consumo de tabaco o alcohol y mantienen una alimentación más equilibrada. Son también más receptivos a comprender que la salud no depende de un solo hábito, sino del conjunto de todos ellos», añadió González-Gross.

El objetivo del informe es conocer si existen diferencias entre el consumo de alimentos y bebidas diarias y las respectivas ingestas nutricionales de este colectivo, dependiendo de si usa o no el servicio de comedor escolar y si acude a colegios públicos, concertados o privados. Todo ello analizado según los seis posibles momentos de consumo diario de alimentos y bebidas. De este modo, EnComCol pretende ser un referente en España en cuanto a la comprensión de los hábitos de alimentación y nutrición de esta población y los determinantes sociales, proporcionando información actualizada y fiable para que se puedan definir estrategias y proyectos ajustados a las necesidades reales de la infancia y la juventud, condicionadas incluso por las seis áreas territoriales donde se han realizado un millar de registros dietéticos, la mitad para cada grupo de edad.

Reconocido experto en la regulación alimentaria, Urrialde es autor y coautor de publicaciones científicas relacionadas con la educación nutricional. Fue jefe de Salud y Seguridad Alimentaria en Puleva Food, director del Área de Sanidad y Alimentación en la Unión de Consumidores de España, coordinador técnico de la revista «Ciudadano», director de Salud y Nutrición de Coca-Cola Iberia, técnico de análisis del Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y colaborador de la Cátedra de Fisiología Vegetal de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid. El académico forma parte, además, del Comité Editorial del portal especializado Kómoda News, merecedor del Premio a la Excelencia en Relaciones Públicas en la categoría «Lucha contra las ‘Fake News'» que otorga la Asociación Internacional de Relaciones Públicas.

Por su parte, González-Gross es miembro de las juntas directivas de la Federación de Sociedades de Nutrición de Europa y de la Iniciativa Europea «El ejercicio es medicina», miembro de la Unión Internacional de Ciencias de la Nutrición, socia fundadora de la red científica Exernet y miembro de Red Cíber de Obesidad y Nutrición. Ha participado asimismo en más de 70 proyectos de investigación e impartido más de 250 conferencias a nivel nacional e internacional. Ha recibido varios premios, entre ellos, el Premio Nacional de Investigación en Medicina del Deporte, que concede la Universidad de Oviedo.