Enrique Sada

Enrique Sada

El historiador mexicano Enrique Sada, colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), comparte con la comunidad académica los artículos «Del Día Internacional de las Mujeres Indígenas», «Una semana violenta: la complicidad de los medios en Estados Unidos», «El memorial de los sismos» y «Del 26 al 68: El Estado autoritario en México«, publicados entre los pasados 5 de septiembre y 3 de octubre en el portal digital Código Libre y en los diarios «El Siglo de Torreón» y «El Siglo de Durango» y en los que aborda diversos episodios de la actualidad mexicana y sus vínculos históricos.

En «Del Día Internacional de las Mujeres Indígenas», el experto destaca el necesario reconocimiento y respeto de la población indígena de México, aunque de forma activa y práctica. «Lo que se busca en el presente caso, lo que se exige por justicia en nuestros días y desde nuestra modernidad incluso es que las mujeres nativas de todas las naciones y etnias sean integradas plenamente conforme su dignidad individual lo exige por naturaleza; que todos los gobiernos, instituciones y organismos no gubernamentales pugnen verdaderamente porque esta integración se lleve a cabo apuntalándose desde todos los estamentos y ordenamientos legales, locales e internacionales, trascendiendo la superficialidad ofensiva del mero folclorismo al que se les suele remitir, (como si fueran niñas o infantes a perpetuidad) convirtiéndolas en ciudadanos con plenos derechos y responsabilidades, dejando de romantizar y de lucrar con su hacinamiento tanto como con su condición de miseria, que es lo que ciertos grupos o partidos políticos suelen explotar más ante las cámaras, no para mejorar sus condiciones de vida, sino para escalar posiciones públicas o hasta perpetuarse en espacios de poder», señala.

Por su parte, en «Una semana violenta: la complicidad de los medios en Estados Unidos», el historiador aborda una serie de asesinatos de motivación racial e ideológica, con el del activista estadounidense Charlie Kirk como paradigma, y su lectura mediática. «Esposo devoto de 31 años y padre de dos niños pequeños, Kirk tenía más de una década visitando campus de universidades públicas para invitar al debate sencillo, directo e invitando al intercambio de ideas transparente acompañado de su tradicional logotipo ‘Prueba que estoy equivocado’ (Prove I’m wrong), donde a través de la cercanía, armado solamente con un micrófono, confrontaba la ideología socialista junto con toda su agenda de falacias que tanto daño ha hecho a generaciones de norteamericanos desde su diseminación en las aulas. Sin embargo, debido a su creciente influencia directa, alguien tuvo tanto miedo a sus razonamientos y al alcance positivo que estaba logrando que decidió apagar su vida», explica.

Zinacantan, México: Indígenas mexicanos de etzelta maya con ropa tradicional

Zinacantan, México: Indígenas mexicanos de etzelta maya con ropa tradicional

En «El memorial de los sismos», el colaborador de la RAED reflexiona sobre la inacción del Gobierno federal de México y los casos de desviación de fondos de ayuda internacional tras las últimas tragedias de origen natural que ha sufrido el país a raíz de un simulacro de alarma que sonó en todos los teléfonos móviles. «Otra cosa que viene a la memoria es cómo en los dos últimos casos, ante el abandono de las autoridades, cómo la ciudadanía se impuso ciertamente (vimos a hombres y mujeres de otros estados tomando autobuses para prestar su ayuda con picos, buscando salvar vidas atrapadas), pero también la solidaridad internacional, pues  todos los países civilizados enviaron aviones de auxilio con camillas, lámparas, equipo de rescate, alimentos enlatados y agua para uso de los damnificados, los heridos y sus familiares… mientras la clase política se adueñaba de la ayuda para consumo propio o especulaba organizando fondos a nombre de las víctimas para lucrar económicamente con la tragedia», rememora.

Finalmente, en «Del 26 al 68: El Estado autoritario en México», Sada exige el recuerdo y reconocimiento de los diversos episodios violentos que ha vivido el país en su historia reciente, no solo los que se trasponen al presente con una intencionada voluntad partidista. «Se olvida con gran sesgo y bastante desmemoria conveniente como es que el Viejo Régimen que se vendía como emanado de la revolución triunfante perpetró uno de los peores crímenes de lesa humanidad registrados en nuestra historia durante la primera mitad del siglo XX (solamente superados en brutalidad por la persecución antirreligiosa en España y la de dos tipos de socialismo en competencia genocida en el marco de la Segunda Guerra Mundial) como fue la persecución antirreligiosa en México, conocida posteriormente como la Cristiada», concluye.