
Dr. José Ramón Calvo
José Ramón Calvo, presidente del Comité Médico de la sección Cuídate+ del portal especializado 65ymás, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina del País Vasco y académico de número y presidente del Instituto de Cooperación Internacional de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), reflexiona sobre las dificultades que se encuentran muchos jubilados al tratar de adquirir una vivienda en el artículo «¿Buscando casa después de los 65 años? Aventuras y desventuras de un comprador», que publicó en 65ymás el pasado 6 de mayo. Para el académico, el que busca casa después de los 65 no solo busca techo: «Busca emociones fuertes, y necesita paciencia infinita y, sobre todo, mucho sentido del humor».
«El objetivo de esta crónica es, simple y llanamente, describir con humor e ironía -que para llorar ya está la hipoteca- la actuación de algunos comerciales inmobiliarios que me ha tocado conocer durante estos meses de búsqueda de un techo digno que nos albergue, como diría poéticamente mi madre y cuyos argumentos, aptitudes y actitudes son dignos de ser contados», introduce Calvo su artículo, en el que explica con sorna las prácticas de los agentes inmobiliarios. No obstante, el académico no generaliza ni incluye a todos los agentes en el mismo saco, aunque sí denuncia, con tantas dosis de sorna como de indignación, sus malas praxis.
«Da igual que lleves más de cinco décadas viendo ventanas, puertas y armarios, baños, cocinas y buhardillas, habiendo comprado otras casas y teniendo la experiencia que se supone te da la edad; ahí está el comercial, dispuesto a iluminarte con sus sentencias vitales sobre lo que tienes delante de los ojos y tratando de convencerte que lo que ves, en realidad no es lo que ves, es una ilusión óptica, ya que lo real es lo que él trata de convencerte para que lo veas, asientas y salgas convencido que es la oportunidad de tu vida y que si la pierdes no será porque él no te haya abierto los ojos», narra.
Para el académico, estos vendedores no solo concurren en prácticas que pueden resultar engañosas, sino que directamente atentan contra los derechos del cliente, como cuando tratan de imponer un estudio financiero propio como condición para avanzar en el proceso de compra-venta, piden información que debe ser confidencial o simplemente ocultan las comisiones que generará la operación hasta el último momento. «Este tipo de prácticas deben ser puestas en conocimiento de la Agencia Española de Protección de Datos, porque me parece una desfachatez absoluta y una falta de profesionalidad impropia de una inmobiliaria que en su web presume de ser una de las mejores y más fiables, el que pretendan obtener datos sensibles vía teléfono, sin saber ni siquiera la cara del que está al otro lado, como condición previa para simplemente hacer aquello por lo que cobran: mostrar casas y tratar de venderlas», concluye.