Teresa Freixes, catedrática Jean Monnet ad personam, presidenta del colectivo Citizens Pro Europe y académica de número y vicepresidenta de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona sobre la ley de Amnistía que negocia el Gobierno provisional presidido por Pedro Sánchez en el artículo «Cicerón contra Verres», publicado en el diario «La Razón» el pasado 7 de septiembre. La experta cita el caso histórico de Marco Tulio Cicerón en sus «Verrinas», los discursos que escribió para acusar a Cayo Verres de sus crímenes en Sicilia, donde ejercía como gobernador. Aunque el jurado que debía decidir el futuro del patricio no lo declaró culpable, Verres ha pasado a la historia como uno de los peores gobernadores que envió Roma a sus provincias.
La académica inicia su argumentación con una conocida cita de estos históricos discursos que se estudian en las facultades de derecho y cuya traslación a la actualidad deja en manos del lector: «Los pueblos que ya no tienen solución, que viven ya a la desesperada, suelen tener estos epílogos letales: se rehabilita en todos sus derechos a los condenados, se libera a los presidiarios, se hace regresar a los exiliados, se invalidan las sentencias judiciales. Cuando esto sucede, no hay nadie que no comprenda que eso es el colapso total de tal Estado; donde esto acontece, nadie hay que confíe en esperanza alguna de salvación».
Citando al autor clásico, la experta advierte sobre los peligros de la desintegración de las sociedades y el colapso del estado de derecho ante las decisiones partidistas de los políticos cuando no se guían por el bien común. Para Freixes, que a día de hoy se esté considerando una amnistía y un proceso de autodeterminación en Cataluña podría llevar al colapso del sistema democrático que ha garantizado la prosperidad en el último medio siglo. La académica se pregunta de si es democráticamente posible aprobar una ley de Amnistía para aquellos involucrados en la derogación de la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Además, critica la idea de autodeterminación como una figura no aplicable sobre España.
«¿Cabe considerar que es posible, democráticamente, no sólo jurídicamente desde una perspectiva formal, la aprobación de una ley de amnistía para que los implicados en la derogación de la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Cataluña (acertadamente suspendida y anulada por el Tribunal Constitucional de aquellos tiempos), del pretendido referéndum de autodeterminación del 1 de octubre al que se pretende dar validez formal si no se organiza uno nuevo, de la anulación de los derechos de buena parte de los catalanes y la consolidación de la dominación de una regresiva minoría secesionista, convierta a los golpistas en los patriotas del 17? Hacerlo significaría aceptar que estamos en un régimen antidemocrático, cuyas leyes y resoluciones judiciales son injustas y no ajustadas a los estándares internacionales cuando, por el contrario, somos, o al menos, estamos siendo hasta ahora, uno de los países menos condenados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y situado entre las democracias que cumplen con los índices de calidad propios de tales regímenes», concluye.