Jordi Martí, profesor de Economía y Contabilidad de la Universidad de Barcelona, director del Master en Verificación de Información no Financiera del mismo centro y académico de número y miembro de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), ingresó el pasado 13 de julio como académico correspondiente en Cataluña de la Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote con el discurso «La inteligencia artificial y la estupidez natural» en el marco de una solemne sesión que se celebró en el Hotel Lancelot Playa de Arrecife bajo la presidencia de Francisco González de Posada, académico de honor de la RAED y presidente de la Academia de Lanzarote.
El recipiendario introdujo a los asistentes en los conceptos básicos de la inteligencia artificial partiendo de los elementos tecnológicos a los que hemos tenido acceso en los últimos decenios. Tras una mirada histórica donde se citaron los trabajos González de Posada sobre Leonardo Torres Quevedo, creador del primer autómata capaz de jugar con las piezas del ajedrez finales de partida, se llegó a noviembre de 2022, cuando apareció la oportunidad de utilizar ChatGPT, la aplicación informática que ha abierto todo el debate sobre la inteligencia artificial. La versión básica de esta herramienta creada por la empresa Open AI que es capaz de responder a las preguntas de los humanos con una redacción textual muy correcta en contenido y también en gramática, sintaxis y ortografía en multitud de idiomas.
Por primera vez, un ordenador accesible a la mayoría de la población podía interactuar utilizando esquemas propios de los lenguajes humanos. Esta sorpresa llevó a identificar esta aplicación con el nombre de la compañía que la desarrolló que contiene la expresión inteligencia artificial. Como ya se expuso en la mesa redonda que la RAED celebró el pasado 31 de mayo sobre esta misma materia no hay que confundir una aplicación con altísimas capacidades textuales con los desarrollos de la inteligencia artificial, señaló Martí. «Básicamente, debemos entender que ChatGPT no dispone ni de capacidades para actuar autónomamente, ni capacidades para generar nuevos conocimientos. Dos características básicas de los comportamientos denominados Inteligentes», señaló el ponente.
Martí expuso la clasificación que el historiador económico italiano Carlo M. Cipolla realizó a finales de los años 80 del siglo XX sobre personas inteligentes, estúpidas, malvadas y cándidas, que se publicó con el título «Allegro ma non Troppo». La relación entre inteligencia artificial y estupidez natural, por su parte, proviene de Ramón López de Mántaras, profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña, uno de los mayores expertos en inteligencia artificial. Este científico ha ido comprobando que los riesgos del mal uso de la inteligencia artificial residen en los hombres estúpidos.
A partir de esta disquisición sobre los conceptos de Cipolla y López de Mántaras, Martí formuló la necesidad de proteger el acceso a la inteligencia artificial a los estúpidos, por encima de los malvados. «Los malvados sacarán provecho de la inteligencia artificial pero no pondrán en peligro a la humanidad. En cambio, los estúpidos pueden llegar a la aniquilación del planeta entero», señaló. El acto terminó con la imposición de la medalla de la Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote a su nuevo académico, quien también recibió un diploma acreditativo de su nueva responsabilidad.