José Daniel Barquero
Presidente de ESERP Business & Law School, catedrático de Economía y Empresa en la Open University La Salle y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Artículo publicado por el diario «La Vanguardia» el 10 de mayo de 2021
José Daniel Barquero, presidente de ESERP Business & Law School, catedrático de la Open University La Salle y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), plantea en conversación con el diario «La Vanguardia» la oportunidad que ofrecen los fondos de recuperación europeos del programa Next Generation UE en una reestructuración demográfica de España para poder dotar de contenido y ofrecer alternativas reales a las políticas de apoyo a la denominada España vaciada. Barquero es autor junto a Francesc Xavier Altarriba, director del Instituto de Prospectiva, del estudio «La ciudad no es para mí», que toma el título de la célebre comedia de Paco Martínez Soria.
“España no ha planificado jamás su relación territorio-sostenibilidad-demografía. La inmigración interna y ahora la exterior han sustituido, mediante la práctica de hechos consumados, lo que debería haber sido una planificada redistribución equitativa de la posibilidad de generar riqueza en el territorio”, señalan los autores en «La Vanguardia». Cifras en mano, Barquero y Altarriba constatan cómo de los 8.124 municipios españoles, más del 42% se encuentran en fase de desertización. Ocupan el 37% del territorio, pero en ellos sólo vive el 2.4% de la población española. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, entre 2008 y 2018 más del 63% de los municipios han perdido población.
Ante estas alarmantes tendencias, los autores señalan que sólo caben tres políticas: extender la malla radial de comunicaciones, como se ha venido haciendo a lo largo de las últimas décadas para que la demografía se autorregule sin intervención de redistribución, lo que a su entender conduce a que aumenten las áreas periféricas de las grandes ciudades; intentar mediante planes y actuaciones concretas que los flujos de población campo-ciudad se reduzcan, se estabilicen a la baja o se frenen, una tarea que hoy atañe al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, o bien potenciar un desarrollo rural sostenible, su apuesta. Esta estrategia, señalan, debe venir trazada por un Plan Estratégico de Desarrollo Rural Sostenible para el que ahora la Administración dispondrá e recursos.
Esta nueva vía debe venir necesariamente marcada por las inversiones de infraestructuras y servicios básicos, la conectividad digital, lo que permitiría que esos enclaves recibiesen población de profesiones liberales y creativas, y la reconversión y digitalización del sector primario, única garantía de competitividad y futuro. «El problema no es de los pueblos, es de toda España», concluyen los autores.