Nuria Montserrat
Investigadora de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea) y del Instituto de Bioingeniería de Cataluña y académica de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Reportaje publicado en el diario «La Vanguardia» el 30 de septiembre de 2021
Nuria Montserrat, investigadora de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea) y del Instituto de Bioingeniería de Cataluña y académica de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), protagoniza un amplio reportaje publicado en el canal «Magazine» del diario «La Vanguardia» el pasado 30 de septiembre con el título «Nuria Montserrat, la bióloga que demuestra que llegar a la elite científica y criar tres hijos es posible». En él la académica reflexiona sobre su exitosa carrera como investigadora y, a su vez, como madre de familia. La académica es pionera en el cultivo y desarrollo de organoides en miniatura de corazón, retina y riñón a partir de células madre.
Montserrat explica en el reportaje, firmado por Abril Phillips, la constante sucesión de obstáculos que ha tenido que superar a sus 44 años en su carrera científica. La mayoría se enmarcan en el propio ámbito académico y en la elección de un camino propio; otros, en los retos de conciliar el trabajo con tres hijos. “Tuve mi primera hija trabajando 14 horas al día. Trabajé hasta el último día antes de parir porque me encontraba bien. ¿Por qué no? Estaba contenta. Luego estaba eso de ‘¿cómo vas a poder continuar si tienes un bebé de solo un día en tus brazos?’. Pues contestaba los correos por la noche, cuando estaba dando la teta. No porque nadie me lo estuviera diciendo, sino porque yo veía que había hecho un trabajo durante tres años y decidí que quería ponerle el lazo y mandarlo a publicar”, explica la científica.
La académica revela que la línea de investigación que la acabó llevando a liderar el equipo de trabajo internacionalmente reconocido por la creación de organoides se debió en buena parte a su renuncia a seguir al reconocido biólogo español Juan Carlos Izpisúa, en cuyo equipo trabajaba, a Estados Unidos para mantener su vida familiar en Barcelona. “Estaba en una situación en la que o seguía trabajando con él, porque era lo que más me gustaba en la vida, o hacía algo. No me quería ir a Estados Unidos porque no deseaba sacrificar más a nivel personal, y me tuve que buscar la vida”, explica.
Montserrat aborda los claroscuros de su apuesta por la investigación y las dificultades que le supone la conciliación. Sin embargo, invita a las jóvenes científicas a recorrer su camino si esa es realmente su elección. «No quiere decir que esta manera de trabajar sea modelo para nadie, ni que las horas que yo le dedique a mis hijos sean las mismas que tiene que dedicarle otra. Pero que nada te pare. No tengas miedo. No te cierres puertas mentalmente. Prueba primero a ver qué pasa», indica. «Tengo mucha suerte, porque hago lo que me gusta. La carrera científica, por muy difícil que sea, por mucho cansancio que genere, si te gusta, al final compensa», concluye.
A su labor investigadora, Montserrat suma también su función como divulgadora científica y es la comisaria de la Bienal Ciudad y Ciencia que se celebra en Barcelona centrada en las jóvenes investigadoras bajo el título «100tífiques». La iniciativa pretende dar visibilidad a la relevancia de las mujeres en la ciencia y la tecnología, tanto en la investigación pública como privada, y motivar especialmente a las niñas, aunque también a los niños, al estudio de la ciencia y la tecnología.