Francisco López Muñoz ingresa en la Academia de Farmacia de la Comunidad Valenciana

Francisco López Muñoz, profesor de Farmacología y director de la Escuela Internacional de Doctorado de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), fue nombrado el pasado 25 de marzo académico correspondiente de la Academia de Farmacia de la Comunidad Valenciana, constituida el pasado enero. López Muñoz leyó el discurso de ingreso «Sobre el arquetipo del phármakon en la literatura cervantina», en el que analiza los cuatro patrones arquetípicos del fármaco utilizando los ejemplos de las obras literarias de Miguel de Cervantes: como remedios terapéuticos (bálsamos y purgantes), como agentes tóxicos y venenosos (filtros de amor, pócimas venenosas), como compuestos alexifármacos (cuerno de unicornio, piedras bezoares) y como sustancias de abuso (ungüentos de brujas). Los límites entre estas cuatro caras del phármakon no están, incluso hoy día, totalmente perfilados, de forma que la diferencia entre medicamentos y venenos estriba en la dosis administrada, en la susceptibilidad individual o en el proceso diferencial de acumulación orgánica. Baste recordar, en este sentido, las palabras de Paracelso en su obra «Defensiones»: «Todo es veneno… pero sólo la dosis hace el veneno».

López Muñoz señaló que Cervantes demostró en sus obras tener amplios conocimientos de medicina, posiblemente procedentes de su entorno familiar y de amistades, así como de la lectura y manejo de diversos tratados de esta materia. Algunos de ellos integraban su biblioteca particular, como el «Dioscórides» comentado por el médico segoviano Andrés Laguna. La obra que, como viene planteando el académico en sus trabajos de investigación, sirvió de fuente documental para los pasajes de tinte farmacológico y toxicológico de las obras cervantinas. El autor de «Don Quijote» también comentó en sus obras el uso de distintos agentes en el contexto de la práctica de la brujería y de los fenómenos mágicos afines. En suma, los textos cervantinos, a pesar de no ser, en modo alguno, tratados científicos, posibilitan una acertada aproximación a los usos (y efectos) de los agentes farmacológicos en la España tardorrenacentista y nos explican cómo un grupo de fármacos podría presentar cuatro caras arquetípicas; medicamento, tóxico, contraveneno y droga de abuso.

Entre los fines de la Academia de Farmacia de la Comunidad Valenciana se encuentran el fomento de la investigación y estudio de las ciencias farmacéuticas y de las ciencias afines, el asesoramiento a los organismos públicos oficiales en aquellos campos que le son propios, el asesoramiento a instituciones privadas que lo soliciten bajo las condiciones que la propia Academia estime convenientes, la elaboración de estudios e informes sobre materias vinculadas con la profesión farmacéutica y sus actividades, el fomento de las relaciones con otras instituciones análogas, la creación y conservación de fondos materiales y documentales relacionados con la docencia, la investigación y la profesión farmacéutica, la divulgación científica y formación permanente de los profesionales de la farmacia y el reconocimiento mediante premios, diplomas o distinciones de las actividades que redunden en beneficio de la farmacia.