Jaume Llopis, doctor en Economía y Dirección de Empresas, profesor emérito de IESE-Universidad de Navarra y miembro del Senado de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), ingresó como académico de número de la Real Corporación durante una solemne ceremonia que se celebró en la sala de actos de Fomento del Trabajo, sede académica, el pasado 9 de febrero. El recipiendario leyó el discurso de ingreso «Las nuevas coordenadas de la dirección general. La realidad competitiva actual impone nuevas prácticas, nuevos estilos de liderazgo y nuevos enfoques de dirección en las organizaciones». Le respondió en nombre de la Real Academia el académico de número y presidente de la Sección de Ciencias Sociales Pedro Nueno. La sesión pudo seguirse en streaming a través del canal de YouTube de la RAED, donde puede visualizarse.
El nuevo académico defendió un nuevo concepto de gestión empresarial marcado por las profundas transformaciones que ha acelerado y en buena parte comportado la pandemia para abrir un nuevo entorno competitivo: la globalización, la digitalización, las innovaciones disruptivas, los cambios en los hábitos y preferencias de los consumidores, las nuevas demandas de los trabajadores y la transformación del rol de la empresa en la sociedad, entre otras. «Casi todos estos fenómenos y su impacto en las organizaciones han sido ampliamente investigados y documentados. Sin embargo, el efecto de todas estas transformaciones de gran calado en el día a día del director general es un campo relativamente poco explorado», inició Llopis su intervención.
Su estudio, empírico, parte de trabajo de campo con un grupo representativo de 300 altos directivos para constatar que los cambios acontecidos o consolidados en la última década están redefiniendo las funciones y atributos que caracterizan a la figura del director general. A todos ellos se les formularon preguntas del tipo: ¿cómo ha cambiado la función del director general?, ¿qué caracteriza a los líderes empresariales del siglo XXI?, ¿tienen que asumir nuevas funciones?, ¿cómo es su estilo de dirección?, ¿qué tipo de prácticas adoptan o promueven en sus organizaciones?, ¿existen unos rasgos comunes entre ellos?, ¿cómo organizan su agenda?, ¿qué priorizan?, entre otras. Para, a partir de ahí, elaborar una guía de actuación articulada en siete ideas clave: Énfasis en propósito, visión, misión y valores; creación y desarrollo de una identidad corporativa potente y atractiva; nuevos estilos de liderazgo; dirección más orientada al exterior y mayor atención a las relaciones con los distintos ‘stakeholders’; foco en las personas y en su desarrollo; importancia de la capacitación y del aprendizaje organizativo, y decisiones más rápidas y frecuentes.
«La realidad competitiva del siglo XXI impone nuevas prácticas, estilos y enfoques de dirección. Con estas nuevas coordenadas lo que pretendemos, en última instancia, es ofrecer una guía práctica que pueda servir como punto de referencia para los máximos responsables de la gestión de las organizaciones. Por supuesto, muchos CEO ya han tomado buena nota de los cambios y han adaptado sus estilos de dirección a las nuevas circunstancias. Pero todavía hay muchos altos directivos que siguen liderando sus organizaciones con prácticas y estilos caducos. No ven más allá de los resultados inmediatos, piensan que la estrategia corporativa no es importante, tratan a sus empleados como un recurso más, se limitan a poner en marcha reestructuraciones en tiempos difíciles y todavía creen que el presupuesto es el principal medidor de la marcha de la empresa. No entienden el nuevo mundo y la nueva sociedad en la que vivimos, en la que el propósito de la organización es más importante que el beneficio a corto plazo, en la que hay que buscar el equilibrio para satisfacer a todos los ‘stakeholders’, en la que el ordeno y mando y las estructuras jerárquicas son reemplazadas por estilos de dirección mucho más colaborativos y por organizaciones más planas, democráticas y flexibles», concluyó.
Llopis inició su larga y exitosa trayectoria en el mundo de la gestión empresarial en la década de los años 60 del siglo pasado en la empresa de productos cárnicos Purlom, en aquellos momentos en manos de la familia Carulla (Gallina Blanca). Comenzó de jefe de ventas y al cabo de cinco años ya era director general. Entonces un ‘head hunter’ lo llevó a la multinacional Moulinex, que tenía previsto crear la filial española. Tras un período en México y Venezuela, Llopis se ganó el apelativo de Maradona en 1982 a raíz de su fichaje millonario por Cecsa, obra de Pere Duran Farell. Un período al que le siguieron sus etapas al frente de empresas y marcas icónicas como Solís, Nestlé o Borges, en el sector de la alimentación, o la papelera Sarrió.
De su vasta trayectoria académica, a su magisterio en IESE se suman sus cursos como profesor invitado en las escuelas de negocios IPADE (México), AESE (Portugal), IDE (Ecuador), INCAE (Nicaragua), IEEM (Uruguay), MDE (Costa de Marfil), el Instituto San Telmo de Sevilla, y EADA, en Barcelona. Desde 1992 ha organizado los Encuentros de Empresarios de Alimentación y Bebidas de IESE Business School en España y, desde 2015, en México. Su curso «Qué hacen los Buenos Directivos. Prioridades de la Alta Dirección» cuenta con más de 34.000 alumnos inscritos en la plataforma online Coursera. Conferenciante habitual y autor de libros de referencia en el ámbito de la gestión empresarial, fue elegido como Mejor Director de Marketing de España en 1975 por la revista «Marketing Actualidad» y Mejor Directivo del Año en 1982 por la Asociación Española de Directivos.