Francisco González de Posada
Catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina y de la Real Academia de Doctores de España, presidente de la Academia de Ciencias, Ingeniería y Humanidades de Lanzarote y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Francisco González de Posada, catedrático de Fundamentos Físicos de la Universidad Politécnica de Madrid y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), ha sido el gran promotor de las actividades que la Real Sociedad Matemática Española ha organizado en torno a la figura del ingeniero y matemático Leonardo Torres Quevedo coincidiendo con su Congreso Bienal, organizado el pasado mes de enero. Entre ellas destacaba la exposición «Leonardo Torres Quevedo: ingeniero y matemático», que pudo visitarse en la Biblioteca Central de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCM), y un ciclo de conferencias divulgativas sobre este científico clave en los albores del siglo XX.
Entre estas charlas figuraron las que se desarrollaron en diversos colegios e institutos de Ciudad Real para acercar la denominada cultura STEM a los jóvenes de la ciudad bajo el título «Torres Quevedo», «Inventos e inventores españoles en el nuevo pasaporte» y «Da Vinci y Torres Quevedo: dos genios universales». Además, en la Biblioteca de la Facultad de Educación de la UCM se instaló la muestra «Leonardo Torres Quevedo: filatelia y bibliografía», cuyos contenidos también pueden recorrerse virtualmente online.
Asimismo, la figura de este destacado personaje llegó estos días, también en forma de exposición, al municipio guipuzcoano de Lazkao en colaboración con Lemniskata Zientzia y el Ayuntamiento de Lazkao. Allí, en la Casa de Cultura, se pudo contemplar la muestra «Leonardo Torres Quevedo: el origen de los drones». Una actividad que se completó con una conferencia sobre la figura capital del científico en el desarrollo de la robótica y la computación.
De hecho, Torres Quevedo fue un excepcional inventor y sus máquinas algébricas ocupan un lugar preeminente en la historia de la computación en esta fase mecánica que concluyó definitivamente con la aparición de las computadoras electrónicas ya entrado el siglo XX. Además, fue un investigador y teorizador fundamental para el desarrollo de la computación, como demuestra su estudio «Ensayos sobre automática. Su definición. Extensión teórica de sus aplicaciones», una obra pionera y fundamental en la historia del pensamiento automático y, por extensión, informático.
Más allá de las máquinas de cálculo, incluida una máquina pionera que jugaba al ajedrez, Torres Quevedo destacó también por la creación de transbordadores electromecánicos para salvar desniveles o cursos de agua como medios de transporte y dirigibles que marcaron una época en la España de esos inicios del siglo XX, como recordó el académico en su discurso de ingreso en la RAED.