El contacto dirigido con mascotas puede ayudar en aspectos físicos, educativos o motivacionales
Maria Àngels Calvo, académica de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) y presidenta de su sección de Ciencias de la Salud, inauguró el curso 2017-2018 de las Aulas para Mayores de la Universidad de Barcelona con la conferencia magistral «Terapias asistidas con animales», donde expuso cómo se realizan y qué finalidad persiguen este tipo de intervenciones de carácter sanitario.
Calvo explicó que estas terapias consiguen mejorar la calidad de vida de las personas con necesidades especiales, aprovechando para ellos los valores intrínsecos del animal para facilitar la labor del terapeuta y son un buen complemento a las terapias tradicionales. Están siempre dirigidas por un profesional de la salud, quien marca los objetivos específicos del tratamiento. Los objetivos de las terapias asistidas con animales están relacionados con aspectos físicos (movilidad, equilibrio…), salud mental (ansiedad, autoestima, soledad…), aspectos educativos (vocabulario, colores…) o aspectos motivacionales.
Entre las diferentes terapias que se realizan con animales, la académica destacó las dirigidas a gente mayor, que inciden especialmente en la mejora de la autoestima y el estado anímico, en el incremento del interés, en la reducción del estrés, en la disminución de la presión arterial, en la estimulación de la mente, en la activación de la memoria, en el fomento de la actividad física, en la estimulación social, en el fomento del buen humor, en la reducción de la medicación y en el aumento del sentimiento de responsabilidad. Asimismo, Calvo reseñó las terapias para niños con problemas de movilidad, personas con síndrome de Down o personas autistas.
En cuanto a los animales adecuados para ayudar en este tipo de terapias, la académica destacó el papel predominante de perros y gatos, aunque también señaló el potencial de caballos y équidos en general, así como delfines, focas, leones marinos y animales de granja. «Para seleccionar un animal de terapia, éste debe cumplir los siguientes criterios: ser un animal fiable, del que se pueda prever su respuesta, que sea un animal capaz de controlar la situación y, sobre todo, que sea adecuado para cada persona en tratamiento y tenga la capacidad de inspirar confianza», señaló.