August Corominas, profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Murcia y de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico emérito y miembro del Senado de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), presenta a la comunidad académica su artículo «Los cuatro jinetes del apocalipsis gerontológico: soledad, silencio, dolor y nocturnidad», una reflexión sobre la cara oscura de la vejez en los tiempos actuales.
Los cuatro jinetes del apocalipsis gerontológico: soledad, silencio, dolor y nocturnidad
Tengo gran interés en procurar dentro de mis medios y capacidades intentar dar mayor calidad de vida al colectivo de la tercera edad. Desde hace más de 30 años he participado o dirigido cursos en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona de nutrición en la geriatría, «antiaging», envejecimiento y muerte digna. La tercera edad tiene una connotación de su pasado vital. Es importante apuntar que la soledad es la enemiga de los ancianos. Parafraseando un parágrafo de la Biblia, el hombre no debe estar solo, las personas deben unirse para formar un colectivo o familia. Quiero realizar una breve reflexión sobre los fenómenos que afecten a la tercera edad:
- La soledad. La soledad es muy perjudicial, produce angustia, tristeza, melancolía y depresión. Hay dolor emocional, porque es muy importante vivir en sociedad. Por la noche se siente más el dolor, las caídas por fragilidad son más frecuentes de noche al ir al servicio. Las personas tratan de una forma u otra de buscar compañía. Llamando a familiares, hijos o amigos. Personalmente, los días festivos llamaba a una voz amiga. En esos momentos se produce una desesperación explosiva.
- Silencio. Puede ser voluntario o involuntario. El silencio puede ser beneficioso para trabajar intelectualmente, pero aquí me refiero a la asociación de silencio-solitario. El sonido de las campanas hora a hora produce escalofríos.
- Dolor. Es bastante prevalente que la gente mayor tenga dolor de muchos orígenes, como artrosis o cefaleas. El mismo dolor es más intenso por la noche con soledad que de día. Se ha descrito el síndrome maligno (soledad, dolor, silencio, nocturnidad) y algunas personas pasan la noche en malas condiciones físicas. Algunos verbalizan intenciones suicidas.
- Nocturnidad, oscuridad. La noche es muy dura con la soledad, con los gritos del silencio y campanas que rompen la noche. Serenidad, noche, miedo, insomnio.
¿Cuáles pueden ser las soluciones? Durante el día, salir de casa en compañía de amigos, socializarse trabajando, por ejemplo en: costura y ganchillos, conversaciones en un café, juegos de cartas, asistencias a espectáculos deportivos, actos culturales o religiosos, cines, teatros, televisión, periódicos, novelas, centros cívicos… la universidad de gente mayor. Es importante mejorar el tema de las desigualdades social, jurídica, informática, sexual, cultural, política, étnica, religiosa, de género, de salud por la edad. Tratamientos recetados por un médico.
Los médicos procuramos dar consejos y medicamentos, para evitar la soledad, el dolor y la nocturnidad e intentamos salir del tema del suicidio. Hay que evitar el síndrome de Diógenes y el síndrome de Angelman. Y llega el momento en el que se acaba la vida y la longevidad, es entonces cuando es importante una muerte digna.
Gabriel García Márquez dijo que la muerte nunca es el final, el final es el olvido. Recomiendo la lectura de su novela «Cien años de soledad». Y de «Solitud», de Víctor Català.