«Existe una necesidad urgente de elevar la guardia democrática y volver a poner a la democracia representativa en el centro de las políticas económicas europeas»
Ina Piperaki, académica correspondiente para Grecia de la Real Academia Europa de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), presentó ante el Parlamento Europeo, dentro del coloquio «Repenser l’Europe», el trabajo «Une nouvelle vision pour l’Europe: engagement citoyen et volonté humaniste», donde propone una serie de medidas urgentes para hacer de la Unión Europea (UE) un marco de convivencia y democracia en el que se identifiquen e impliquen todos sus ciudadanos. «Debemos hacer que Europa sea un objeto de deseo para los europeos», señala.
Estas prioridades apuntadas por Piperaki pasan, fundamentalmente, por reforzar el papel político de la Unión, con un Parlamento elegido directamente por los ciudadanos y por una integración económica y fiscal real. Todo ello garantizado por los mecanismos democráticos que emanan del carácter europeísta originario de la UE. «Existe una necesidad urgente de elevar la guardia democrática y volver a poner a la democracia representativa en el centro de las políticas económicas europeas. Ya es hora de salir de la opacidad en la que evoluciona este poder europeo al introducir en su corazón una institución democráticamente elegida. Sólo una Asamblea Parlamentaria tiene la legitimidad necesaria para recordarle al gobierno de la zona del euro sus responsabilidades», reflexiona la académica.
Piperaki considera que sólo esa visión transnacional puede garantizar el futuro de una Unión Europea fuerte y profundamente democrática. «La democracia es un régimen muy frágil y depende de la voluntad, la libertad, el sentido del humanismo y la madurez de las personas o los pueblos. Desde 2010 nuestra posición ha sido la creación de partidos europeos transnacionales, la elección de un Parlamento Europeo por sufragio universal transnacional directo, que debata proyectos presentados por listas también transnacionales», argumenta.
Ese Ejecutivo europeo representativo podría luchar con eficacia contra el populismo y afrontar con garantías asuntos de especial relevancia como la inmigración, el cambio climático y luchar contra las desigualdades de todo tipo, considera Piperaki. «Necesitamos un Gobierno europeo y un ministro europeo de Economía y Finanzas que fomente y apoye las reformas estructurales en nuestros Estados miembro y actúe con decisión en las políticas de empleo, el crecimiento, la convergencia fiscal, la cohesión social y la solidaridad, tan necesaria para hacer frente a crisis múltiples y diversas», finaliza la académica.