Francisco López Muñoz
Profesor de Farmacología y vicerrector de Investigación y Ciencia y director de la Escuela Internacional de Doctorado de la Universidad Camilo José Cela. Académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)

Artículo publicado en el portal académico The Conversation el 1 de abril de 2021 y en el «Diario de Navarra» el 2 de abril de 2021

Francisco López Muñoz

Dr. Francisco López Muñoz

Francisco López Muñoz, profesor de Farmacología de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona sobre la falsa espiritualidad y la búsqueda impostada de la mística oriental en el artículo «Lobsang Rampa, el lama tibetano que no había salido de Inglaterra: así fue el mayor fraude editorial del siglo XX», publicado en el portal académico The Consersation el pasado 1 de abril y, un día después, por el «Diario de Navarra». El académico firma este artículo junto a Francisco Pérez Fernández, profesor de Psicología Criminal, Psicología de la Delincuencia, Antropología y Sociología Criminal e investigador de la Universidad Camilo José Cela.

El trabajo recuerda la gran polémica que provocó a mediados del siglo pasado la publicación en el Reino Unido de la obra que fue traducida al español como «El tercer ojo», firmada por el supuesto religioso tibetano Tuesday Lobsang Rampa. Pese a que el manuscrito había sido rechazado por diversas editoriales por su clara falsedad y contradicciones con la tradición y religión tibetanas, la obra vio finalmente la luz. Las críticas nefastas que recibió no impidieron que pronto resultase un gran éxito de ventas ante la búsqueda de esa espiritualidad oriental, de fuentes fiables o imaginarias, de la sociedad occidental de los años 60 y 70.

Finalmente, Tuesday Lobsang Rampa fue descubierto con su identidad real: Cyril Henry Hoskin. Había nacido en la ciudad inglesa de Plympton (Devon), hijo de un fontanero. Fue un niño enfermizo que no había estado jamás en el Tíbet y que abandonó la enseñanza secundaria. Vivía en Londres desde 1940, trabajando como comercial de instrumental quirúrgico, y no hablaba ni una sola palabra de tibetano. La rocambolesca historia, publicada por el diario «Daily Express» en 1958, explicaba que el supuesto lama Hoskin, ya en 1948, había dado un giro excéntrico a su vida, adoptando la identidad de Carl Kuan-Suo.

Lobsang Rampa«Por supuesto, este relato no sólo influyó poco en las ventas crecientes –la gente cree lo que quiere creer–, sino que alentó una enorme polémica: de un lado, sus partidarios, aceptaron la versión de Hoskin con entera naturalidad. De otro, sus detractores vieron corroborada la teoría del fraude literario. Una confrontación que aún hoy permanece viva, pues los textos de Rampa siguen teniendo lectores, e incluso furibundos defensores, que los consideran como una (discutible) fuente de inspiración», consideran los dos autores.

López Muñoz y Pérez Fernández consideran que resulta muy difícil discernir cuánto de lo que cuenta Lobsang Rampa en sus controvertidos libros es cierto y cuánto es mera invención. «Posiblemente, su obra pueda caracterizarse como de una oportuna ficción que llegó a las librerías en un momento óptimo y encontró un caldo de cultivo proclive. Con todo, lo cierto es que en su excelente libro ‘Prisoners of Shangri-La’ (1999), el experto en estudios budistas y tibetanos Donald S. Lopez explica que el texto de Rampa tuvo un efecto paradójico: más allá del demostrado fraude, que solo dañó a su propia credibilidad, Hoskin despertó el interés por la desconocida cultura tibetana en Occidente», concluyen.

 

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Leer el artículo en «Diario de Navarra»