Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña y de la Real Academia de Farmacia de Cataluña y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), incide en la actualidad de la cultura clásica en el presente compartiendo con la comunidad académica los artículos «Las enseñanzas de la escuela cínica», «¿Por qué Platón aún está vigente?«, «La virtud según Aristóteles» y «20 máximas de Sócrates que deberías conocer», publicados el pasado mes de junio en la sección «Lectores expertos» de la edición digital del diario «La Vanguardia», de cuya comunidad de lectores forma parte activa.
En «Las enseñanzas de la escuela cínica», el experto explica cómo filósofos de la talla de Diógenes reinterpretaron la doctrina socrática considerando que la civilización y su forma de vida eran un mal y que la felicidad venía dada por una vivencia simple y acorde con la naturaleza. «Estos filósofos aspiraban a identificarse con la figura del perro, por la sencillez y espontaneidad de la vida canina. Usaban barba, llevaban tabardo de estameña (el tribón ya usado por Sócrates), alforja y cayado, practicaban juegos de palabras a manera de metodología: a aquellos que proponían ideas y teorías incomprensibles, ellos ponían el gesto, el humor y la ironía», resume.
Por su parte, en «¿Por qué Platón aún está vigente?«, aborda la figura de una figura de referencia universal que está considerado el fundador del idealismo, una corriente de pensamiento en la que todo se explica por la idea, y el filósofo que sentó las bases de la ética. «El contenido de sus escritos es una especulación metafísica, pero con evidente orientación práctica. El mundo del verdadero ser es el de las ideas, mientras que el mundo de las apariencias que nos rodean está sometido a continuo cambio y degeneración. Igualmente, el hombre es un compuesto de dos realidades distintas unidas accidentalmente: el cuerpo mortal (relacionado con el mundo sensible) y el alma inmortal (perteneciente al mundo de las ideas, que contempló antes de unirse al cuerpo)», señala.
En «La virtud según Aristóteles», el presidente del Club de Pediatría Social recupera la figura de otro filósofo que ha influido en el pensamiento de los últimos 2.000 años que compuso una verdadera enciclopedia de conocimientos hasta el siglo IV a.C. y superó la forma platónica del diálogo literario para dar vida a unos tratados filosóficos y científicos. «La lógica de Aristóteles se considera una creación concebida como un análisis de las formas correctas de pensar y de decir la realidad y, por tanto, como una ayuda necesaria a las ciencias. Y la ética es el estudio de la posibilidad de la felicidad humana. La felicidad será imposible sin ejercitar la inteligencia. La inteligencia teórica nos lleva a la sabiduría y nos hace divinos. La inteligencia práctica es aquella que permite encontrar el término medio, entre el exceso y el defecto», explica.
Finalmente, en «20 máximas de Sócrates que deberías conocer», Callabed presenta los principales preceptos del principal defensor de la mayéutica en su voluntad de hacer alumbrar lo mejor que cada uno tiene dentro de sí mismo. Sócrates era defensor de la mayéutica (‘maia’: madre, comadrona). No deseaba imponer nada, sino ayudar a sacar lo mejor que cada alumno tenía dentro de sí mismo: ‘Nosotros mismos tenemos la respuesta. Antes de adquirir conocimientos sobre el mundo hay que buscar dentro de nosotros mismos las respuestas’. Es dentro de cada uno donde reside la ciencia, pero la hemos olvidado. Fue un racionalista porque exigía razones para todo lo que hasta entonces había sido creencia», concluye.