Lukas K. Sosoe, doctor en Filosofía, ingresó como académico correspondiente de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) durante una solemne sesión que se celebró en la Sala de Actos de Fomento del Trabajo, sede de la Real Corporación, el pasado 16 de octubre. El acto pudo seguirse tanto de forma presencial como en streaming a través el canal de YouTube de la RAED, donde puede visionarse. El recipiendario leyó el discurso de ingreso «Souverainetes negatives: Identites culturelles et etat de droit Le cas de l’Afrique sub-saharienne. Un programme». Le respondió, en nombre de la Real Academia, el académico de número de la RAED y secretario general de la Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores Santiago Castellà.
Profesor de Ética, Filosofía del Derecho y Filosofía Política en la Facultad de Letras, Humanidades, Artes y Ciencias de la Educación de la Universidad de Luxemburgo, el nuevo académico presentó el debate, abierto tras la descolonización del África subsahariana, de la creación de diferentes estados africanos atendiendo a las circunstancias históricas, políticas y sociológicas de la región y el fracaso que se ha evidenciado en muchos casos en su estructura, cohesión y funcionamiento democrático. «Para explicar las condiciones sociopolíticas de los estados africanos y su fracaso, los investigadores han propuesto numerosas hipótesis, que van desde teorías de evolución social según la cual el camino hacia la democracia necesita tiempo y diferentes etapas a esgrimir razones psicológicas que definirían una mentalidad africana particular con características estructurales que explicarían el subdesarrollo político, la violencia y la inestabilidad social y económica. En cualquier caso, en todos los casos se apela a una identidad cultural africana», expuso Sosoe determinando los que a su entender deben ser los fundamentos de estos países.
Para el experto, la trasposición del modelo de estado europeo que se realizó en la ordenación política de África después de la Segunda Guerra Mundial mediante los procesos de descolonización y autodeterminación amparados por Naciones Unidas están en buena medida detrás de este fracaso. «En el caso de los países del África subsahariana, la referencia a la identidad cultural por parte de quienes estaban en el poder y las élites africanas tuvieron el efecto de evadir la cuestión de la legitimidad del Estado. Se ofreció una respuesta de facto, fundamentada en una identidad cultural hipotética e imaginaria, pero sociológicamente es inexistente. Bloqueando todo esfuerzo por construir un Estado de Derecho, la primacía dada a identidad cultural sirvió de justificación para las peores atrocidades, inseguridad y violaciones de los derechos humanos», argumentó Sosoe.
El recipiendario concluyó su discurso apelando a la desmitificación tanto de los discursos de corte racista o realizados desde una supuesta superioridad moral como los puramente buenistas que, en referencia a las culturas africanas y en nombre de la lucha contra el imperialismo cultural, consideran que el Estado de Derecho no puede ser un modelo para África. Para Sosoe, no se trata de que el modelo democrático sea inviable en la región por cuestiones históricas o culturales, sino por la forma en que se articuló a lo largo del siglo XX.