Emili Gironella, académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y reconocido auditor, ha publicado junto a María del Carmen Barcons, profesora de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Barcelona, el estudio «El ebitda. ¿Indicador útil o inútil?», cuyas dos primeras partes -de las tres que lo completan- ya han aparecido en el segundo y tercer número de la Revista Técnica Contable y Financiera.
Gironella y Barcons señalan cómo el ebitda es un indicador no oficial ni reglado en las Normas Internacionales de Información Financiera que se ha popularizado en los últimos años y que es utilizado ampliamente por analistas financieros y grandes empresas y sociedades o grupos de sociedades cuyas acciones cotizan en mercados regulados, además de haberse convertido en un concepto habitual de la información económica de nuestros días.
Generalmente entendido como el indicador con el que se pretende resumir, en una sola cifra, un determinado margen parcial de la rentabilidad de una empresa, obtenido por diferencia entre los ingresos de explotación recurrentes y los costes y gastos de explotación también recurrentes, que tienen incidencia en la tesorería, el ebitda nació en la década de los 80 del siglo pasado como un mecanismo de las entidades financieras para determinar si una sociedad generaba el suficiente volumen de negocio para pagar los gastos contraídos. Aunque, como alertan los expertos, «el ebitda refleja únicamente una parte de la rentabilidad de una empresa o entidad, referida concretamente a la explotación central del negocio, sin ser un reflejo completo de su rentabilidad y capacidad de generar recursos».
Gironella y Barcons también ponen en entredicho los conceptos que deben tenerse en cuenta en el cálculo del ebitda para que sea realmente un indicador fiable que refleje la capacidad operativa real de una sociedad y no simplemente un indicador que esté más al servicio de la sociedad a la hora de presentar unos resultados atractivos en lugar de un mecanismo útil para los mercados, por más que se trate de un indicador con unos estándares conocidos. Los analistas ofrecen en el desarrollo de su estudio diversos ejemplos que ayudan a entender y determinar la fiabilidad del ebitda por actividades y sectores.