Francisco González de Posada, catedrático de Fundamentos Físicos de la Universidad Politécnica de Madrid y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), lideró el pasado 13 de junio la Reflexión Académica Abierta de la Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote, institución que preside, que llevó por título «Invasión de Ucrania: nuevo paradigma geoestratégico y su repercusión en el futuro de la OTAN tras la Cumbre de Madrid». El acto fue la VIII Sesión Telemática Especial del Ciclo Crisis en Ucrania (IV). En esta ocasión, el invitado fue Juan Antonio Carrasco Juan, teniente general del Ejército del Aire y exjefe del Estado Mayor Conjunto de la Defensa.
El ponente destacó que la invasión rusa de Ucrania ha conseguido acabar con el paradigma de seguridad global, amortiguada la amenaza terrorista islamista, que se convirtió en la principal amenaza de la paz y el orden mundial estrenado tras el fin de la Guerra Fría, a raíz de los atentados de 2001 en la Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono de Washington. Si bien en aquella ocasión el islamismo no consiguió movilizar a la OTAN, sí lo ha hecho la agresión de Rusia, cuestionando tanto su operatividad militar como sus principios.
El teniente general Carrasco Juan destacó la transformación de la Alianza Atlántica una vez desaparecido el riesgo de una escalada armada con el Bloque Socialista, que se desmoronó a principios de la década de los años 90 del siglo pasado. Eso llevó a un necesario cambio de foco y de escenario, ya que Europa dejó de ser su principal centro de operaciones. A todo ello se añade que el concepto estratégico adoptado en la Cumbre de Lisboa de 2010 ha quedado actualmente desfasado, como señaló el ponente. En este contexto, y con la guerra iniciada por Rusia en las fronteras de la OTAN, la Cumbre de Madrid deberá definir el nuevo papel de la Alianza.
«La paz y la seguridad no son cuestión de demagogias, son fruto de objetivos estratégicos, de responsabilidades férreas y compartidas, de sociedades fuertes, unidas y con voluntades convencidas de que son bienes y realidades que necesitan del esfuerzo de todos, que permiten desarrollo y riqueza, respeto y disuasión. En un mundo de evolución constante, con incertidumbres palpables, sigue siendo muy fácil acomodarse, dejarse llevar por rumbos inciertos, pero la seguridad y la paz exigen del soporte diario, porque sin ello caminamos en la fragilidad, en la división y en el olvido y nos podemos abocar a dependencias temporales que impactan, tarde o temprano, en el futuro de los pueblos», señaló Carrasco Juan para alertar del nuevo rumbo que deben tomar tanto la organización como sus socios a título particular.