Enrique Sada
Historiador y colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Artículo publicado en el portal especializado Código Libre el 27 de agosto de 2021
El historiador mexicano Enrique Sada, colaborador de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), critica en el artículo «Un remedo (y aborto) de Corte», publicado en el portal especializado Código Libre el pasado 10 de septiembre, la parcialidad con la que destacados magistrados y miembros de la judicatura mexicana han celebrado la despenalización del aborto en el país, siendo un extremo que a día de hoy divide a la sociedad mexicana. Para el historiador, además, esta ley se ha aprobado sin el mínimo consenso ni atisbo alguno de consulta popular.
«Como si de una gesta heroica se tratara, quienes cobran por defender en teoría los derechos ciudadanos festejaron como si de una conquista social se tratara no la presunción de inocencia, ni el derecho sagrado a la propiedad privada, ni la libertad de expresión como garantía, sino la despenalización del aborto, inicia Sada su reflexión.
Aunque lo peor, para el pensador, es la absoluta falta de consenso que tiene esta ley. «Cabe señalar que se hizo sin consultar el parecer de la mayoría de los mexicanos que ni siquiera lo pidieron, ni mucho menos acudiendo al criterio de científicos y genetistas como Francis Collins, Jerome Lejune, Eduardo Gratacós o Rogelio Cruz Martínez -quienes sostienen la defensa de la vida humana desde la concepción- para variar: lo hicieron atendiendo modas impuestas por transnacionales e intereses espurios que nada tienen que ver con los verdaderos intereses, necesidades y demandas del país». Un extremo que para Sada no solo defrauda la voluntad soberana de la ciudadanía, sino que otorga atribuciones al Gobierno que no le corresponden.
El colaborador de la Real Academia considera que los políticos votaron fuera de todo argumento científico. «Se señala que se va a despenalizar el aborto para ‘las mujeres y personas con capacidad de gestar’, no explicándose qué otras personas sean capaces de gestar además de las mujeres, patentando su incapacidad intelectual y bufonesca para tomar decisiones, como una Corte a la cual hasta las serpientes le negarían su representación», concluye Sada.
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