
Dra. Teresa Freixes
Teresa Freixes, catedrática Jean Monnet ad personam, presidenta de la organización internacional Citizens pro Europe y académica de número y vicepresidenta de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), reflexiona sobre el derecho español, europeo e internacional en los artículos «El GRECO» y «Derechos fundamentales en tiempo de conflicto bélico», publicados los pasados 1 y 15 de mayo, respectivamente, en el diario digital The Objective. En la misma línea, la reconocida jurista también pronunció el pasado 9 de mayo la conferencia «El Estado de Derecho en España y en la Unión Europea» en el marco de la clausura del ciclo «Estado del Estado de Derecho» que celebró la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia de Granada.
En «El GRECO», la vicepresidenta de la Real Academia presenta el Grupo de Estados contra la Corrupción del Consejo de Europa al que responden estas siglas y que acaba de emitir sendos informes acerca de los déficits de derecho que en España afectan a la figura del fiscal general del Estado y a la normativa anticorrupción, así como al retraso en modificar la elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial para adaptarla a los estándares europeos. «El caso del fiscal general del Estado es paradigmático. Llevamos prácticamente un lustro sin hacer caso de la advertencia, reiterada por el GRECO, consistente en que tenemos que cambiar la duración de su mandato y reforzar su independencia del Gobierno para hacer compatible esta institución con sus homólogos europeos, respetando los estándares marcados desde el propio GRECO, la Comisión Europea y la Comisión de Venecia«, explica Freixes.
«¿Y qué decir de la advertencia del GRECO acerca de la nueva regulación de la elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial que está tan negra como la noche del apagón que acabamos de pasar? Fruto del ‘diálogo estructurado’ entre la Comisión y los representantes de PSOE y PP, ha sido la renovación de los miembros del Consejo mediante la aprobación parlamentaria de todos ellos, tal como dispone la legislación vigente, porque no puede ser de otra manera, y el compromiso del nuevo Consejo recién nombrado consistente en presentar en el plazo máximo de seis meses una propuesta de cambio legislativo, concorde con las líneas precisadas en el marco de este diálogo con la Comisión Europea, a los efectos de que la nueva regulación esté conforme a los estándares europeos», añade la experta.
Por otra parte, en «Derechos fundamentales en tiempo de conflicto bélico», Freixes señala que las normas que regulan los conflictos bélicos, concepto que incluye el de guerra, deben ser respetadas. En caso contrario, los contendientes pueden incurrir en delitos graves contra el orden internacional como son el genocidio, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad. «Es evidente, si repasamos los acontecimientos bélicos del pasado y del presente siglo, que estas reglas dejan de cumplirse en múltiples ocasiones. Por ello se ha considerado que, al menos en territorio europeo que es donde tenemos normas vinculantes y una cierta práctica al respecto, deben ser respetados los tratados reguladores de derechos humanos, en especial el Convenio Europeo de Derechos Humanos con el denominado derecho de derogación, por el que en caso de guerra o conflicto que ponga en peligro la vida de la nación, determinados derechos del Convenio (no todos ni mucho menos) pueden ser derogados, es decir, suspendidos, por los estados, aunque todo ello bajo el control del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del secretario general del Consejo de Europa», afirma.
En cuanto a la conferencia «El Estado de Derecho en España y en la Unión Europea», Freixes apeló a dar consistencia al derecho europeo y presentó la propuesta del Estatuto de Ciudadanía Europea que defiende Citizens pro Europe. «La Unión Europea tiene que contar con la complicidad de la ciudadanía y solo se va a lograr si los ciudadanos la conciben como propia. El Estado de derecho y la ciudadanía europea, aunque son aspectos diferentes, están inexorablemente unidos, porque, como ciudadanos europeos, nos interesa que los valores de la Unión Europea sean eficaces y efectivos y, además, como ciudadanos tenemos la misión de divulgarlos e intentar que sean respetados», concluyó.