La Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) y la Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores celebraron el pasado 10 de marzo en Fomento del Trabajo, sede de la Real Academia, la conferencia-coloquio «El milagro de la selva: el Hogar de Nazaret», protagonizada por el sacerdote castrense Ignacio Doñoro, fundador de esta casa de acogida en el Amazonas peruano que trata de dar una vida mejor a niños huérfanos, de familias que viven bajo la extrema pobreza, o bien víctimas de trata y prostitución. En la sesión también participaron José Ramón Calvo, académico de número y presidente del Instituto de Cooperación Internacional de la RAED, promotor de la candidatura de Doñoro a los Premios Princesa de Asturias, y la académica correspondiente Cecilia Kindelán, que moderó el coloquio.

Capellán de la Guardia Civil, Doñoro decidió hace más de dos décadas dejar su confortable vida en España para irse a la selva peruana a salvar a niños cuya vida corría peligro, poniendo asimismo su vida en peligro y siendo objeto de diversos intentos de agresión y asesinato por denunciar prácticas de abusos, trabajo infantil y tráfico de personas y de órganos. Fue así como fundó en la región peruana de San Martín un refugio para niños y adolescentes que se encuentran en situaciones límite.

El Hogar Nazaret cuenta hoy en día con cinco casas que acogen a más de 400 niños y adolescentes, fruto del tesón de Doñoro y de las donaciones de particulares y diversas instituciones y de los premios que ha merecido la iniciativa, cuya dotación se ha dedicado exclusivamente a potenciar y mejorar el proyecto. Durante su exposición, el sacerdote se refirió especialmente al impulso que dio a su iniciativa la malograda Carme Chacón, quien en su época como ministra de Defensa le concedió personalmente el permiso que le permitió dejar su dedicación castrense cuando estaba a punto de un ascenso y de una misión en Bosnia para dedicarse de forma exclusiva a poner en marcha el Hogar Nazaret. La presencia en el acto de la madre y la hermana de Chacón hicieron que el recuerdo tuviese un fuerte componente emotivo.

Doñoro rememoró el atentado que sufrió en la ciudad peruana de Puerto Maldonado por arremeter contra las mafias locales y que le obligó a permanecer escondido durante un largo período mientras llevaba a cabo su proyecto y agradeció los donativos, muchas veces anónimos, que han permitido hacer realidad el hogar en momentos especialmente delicados, cuando la iniciativa ha estado a punto de sucumbir por no contar siquiera con la capacidad de alimentar a los niños residentes.

El sacerdote recordó también cómo un premio concedido por la revista «Telva» le permitió comprar un tractor y una máquina para cosechar maíz para cultivar una finca cedida al Hogar Nazaret que aspira en convertir en parte de una facultad de Ingeniería Agrónoma, ampliando su proyecto de acogida a la formación de jóvenes en riesgo de exclusión.