El catedrático y reconocido penalista Fermín Morales advierte en su discurso de ingreso en la Real Academia de Doctores (RAD), «La utopía garantista del Derecho Penal en la nueva Edad Media», sobre un nuevo contexto de inseguridad jurídica alentada por lo que denomina el nuevo integrismo punitivo y la anteposición de la seguridad a la justicia.
«El jurista, en el ámbito penal, se interroga por si las garantías del Derecho penal, que han dotado de identidad al modelo de Justicia, están en jaque o, cuanto menos, han empezado a sufrir un declive inexorable, que puede conducir a una nuevo período de anarquía punitiva como el que presidió el mundo anterior al pensamiento de la Ilustración», considera el nuevo académico de número de la RAD.
«El abandono de modelos y patrones jurídicos tradicionales conformados por el pensamiento ilustrado, que ha encontrado en el marco del Estado de Derecho un contexto jurídico-político adecuado para la expansión delideario, es perceptible -prosigue Morales en su argumentación-. La vuelta a viejas costumbres que habían sido eliminadas por el devenir histórico de la modernidad es una pulsión de los tiempos actuales».
Ante este nuevo escenario, Morales cree que ni un ordenamiento supranacional como el que promueve la Unión Europea ni las reformas legislativas nacionales como las que se vienen dando en España en las últimas dos décadas se han encaminado a resolver esta degradación. «La ecuación no consiste en la mera sustitución mecánica del Estado moderno por otro modelo racional de poder supranacional, cifrado, por ejemplo, en la Unión Europea -expone-. El proceso es mucho más complejo, entre otras razones porque la generación de una voluntad europea en materia penal, expresada por la Unión de Estados, se ha manifestado en clave principalmente inquisitiva. (…) Algunas garantías de los ciudadanos comienzan a ser contempladas como nuevos peligros. Las normas de cooperación internacional en materia penal, si no quedan estrictamente afectadas a fines instructorios específicos, pueden acabar de consolidar la tendencia a la inquisitio generalis en las investigaciones penales».
«Durante los últimos veinte años, el Código Penal español ha sido sometido a treinta reformas, de mayor o menor colado -prosigue-. Se ha generado así una continua situación de inestabilidad legislativa, acentuada últimamente. Se suceden reformas sobre materias nuevas que ni tan siquiera habían alcanzado a tener jurisprudencia de los tribunales. La inseguridad jurídica que genera la falta de sedimentación de la legislación penal es notable».
El académico propone la concienciación de legisladores, jueces, fiscales y letrados para acometer lo que denomina el Derecho Penal mínimo. «El Derecho Penal mínimo se erige en utopía del Derecho Penal para los tiempos postmodernos, en una utopía superadora del marasmo actual. Debemos salvaguardar un Derecho Penal cuyo fin primario sea evitar esos escenarios punitivos, que creíamos superados, pero a los que poco a poco retornamos», concluye.
El discurso de Fermín Morales, leído ayer en Barcelona, fue respondido por el académico de número de la RAD José María Gay de Liébana, quien le dedicó palabras de elogio y admiración por su valentía. También lo aplaudió el presidente de la Real Academia, Alfredo Rocafort, quien incidió en que la actual crisis va mucho más allá del marco económico. «La crisis del mundo occidental no es tanto una crisis económica y financiera, por grande que sea la importancia que le atribuimos a ella, como una cuestión de valores. Habíamos basado nuestra democracia y nuestra convivencia en el triunfo de nuestra economía, y al venir la gran crisis económica, se nos viene abajo la convivencia pacífica, ponemos en peligro la solidaridad que caracteriza toda democracia y hasta nos cuestionamos el proyecto de nuestro Estado y el de la Unión Europea», señaló Rocafort.
En el acto de ingreso, multitudinario, estuvieron presentes el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, Miguel Ángel Gimeno; el presidente de la Audiencia Provincial de Barcelona, Pablo Llarena; el presidente de la CEOE, Joan Rosell; el presidente de Foment del Treball Nacional, Joaquim Gay de Montellà, y el decano del Colegio Notarial de Catalunya, Joan Carles Ollé, entre otras personalidades.