Joaquín Callabed
Presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza, de la Real Academia de Medicina de Cataluña y de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Fotogalería publicada en el diario «La Vanguardia» el 1 de enero de 2022
Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), publicó el pasado 1 de enero en la edición digital del diario «La Vanguardia», una fotogalería dedicada al «Aniversario en la cueva de Ignacio de Loyola» con motivo de los quinientos años de la llegada de San Ignacio de Loyola a Manresa tras recalar en Montserrat. Callabed acompaña esta serie de fotografías de la cueva ignaciana de una breve explicación de la vida del santo.
«Manresa celebrará en este 2022 los 500 años de la llegada de Ignacio de Loyola. Salió de Azpeitia, su pueblo natal y pasó por Montserrat antes de instalarse durante un año en la capital del Bages. Se cree que fue aquí donde escribió sus ‘Ejercicios Espirituales’, que guardan plena vigencia», inicia el académico su esbozo histórico de este religioso y de un período, el siglo XVI, marcado por la Contrarreforma. «La Cova es uno de los puntos emblemáticos de la Manresa ignaciana del siglo XVI, como Santa Maria de la Seu, la capilla del rapto o el pozo de la gallina», prosigue Callabed.
El autor esboza el trayecto que llevó al santo desde Pamplona, donde cayó herido cuando defendía la ciudad de las tropas francesas, a Jerusalén. En su camino fijó como paradas obligadas Montserrat y Roma. A su vuelta de Tierra Santa comenzó sus estudios y a dedicarse a la predicación, basándose en el método de sus Ejercicios. Sus actividades religiosas, sin embargo, despertaron sospechas y llegó a ser procesado en distintas ocasiones. Continuó sus estudios en París, donde cursó Filosofía y tuvo por compañeros a Pedro Fabro y Francisco Javier, con quienes fundaría la Compañía de Jesús y a quienes la Iglesia también canonizaría.
«En el momento de realizar este reportaje fotográfico, que comparto en ‘Las Fotos de los Lectores’ de ‘La Vanguardia’, la Cova estaba inundada de espiritualidad y con una vibración telúrica singular como pocos lugares emiten. Me ha recordado a la que emite la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, ciudad a la que Ignacio se dirigía después de su estancia en Manresa», concluye el académico su esbozo.