Francisco López Muñoz
Profesor de Farmacología y vicerrector de Investigación y Ciencia y director de la Escuela Internacional de Doctorado de la Universidad Camilo José Cela. Académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Artículo publicado en el diario digital «El Español» el 8 de septiembre de 2020
Francisco López Muñoz, profesor de Farmacología de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), lideró y moderó el pasado 8 de septiembre el debate «La carrera hacia la vacuna», que contó con la participación de Juan López-Belmonte, consejero delegado de la farmacéutica Rovi; Enric Jo, director general industrial y de calidad de la también farmacéutica Reig Jofre, y César Hernández, jefe de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, en un acto cubierto ampliamente por el diario digital «El Español». Todos ellos reflexionaron sobre el papel que jugará la industria española del sector en la producción y comercialización de las futuras vacunas del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19.
Según recoge «El español», la madrileña Rovi será la responsable del llenado y sellado de viales para Moderna (se ocupará de toda la producción de la compañía americana que se destine a territorios ajenos a Estados Unidos) y la catalana Reig Jofre está pensando hacer lo mismo para otros proveedores del antígeno. Sin embargo, como declararon los responsables de ambas compañías, la participación española en la producción de las vacunas de la Covid-19 podría ampliarse. Ambas compañías apelaron al apoyo del Gobierno, tanto político como financiero. El representante de la agencia administrativa, por su parte, defendió la capacidad de España a la hora de participar en la producción del antígeno contra el coronavirus y destacó la labor de investigación clínica que se desarrolla.
Tanto López Muñoz como los tres participantes en este foro apelaron a la prudencia, teniendo en cuenta que el desarrollo de cualquier fármaco o vacuna debe responder a un procedimiento riguroso en el que no caben ni las prisas ni los atajos. De la misma manera que pidieron al sector, las administraciones y la opinión pública no ejercer ningún tipo de presión para abaratar costes y hacer llegar la vacuna a todos los países y estratos sociales.