Francisco González de Posada, catedrático de Fundamentos Físicos de la Universidad Politécnica de Madrid y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), cierra desde el pasado 18 de abril el cuadro de académicos de honor de la Real Academia Nacional de Farmacia, limitado a diez científicos españoles o extranjeros que hayan alcanzado la excelencia por sus investigaciones en el ámbito de las ciencias farmacéuticas o sus afines y hayan alcanzado por ello un relevante prestigio.
“El pasado 29 de marzo de 2022, a propuesta de la Junta de Gobierno, y reunida la Junta General en sesión extraordinaria con este único punto en el orden del día, se procedió a la votación secreta establecida en los Estatutos de la Real Corporación, con el resultado de designar como académico de honor a Francisco González de Posada”, señaló la propia institución el día en que se hizo público el destacado nombramiento.
El nombre del también académico de honor de la RAED queda así unido al de los que han sido merecedores de tal honor: Manuel Losada Villasante (1999), Joan Massagué Solé (2005), José Elguero Bertolini (2009), Erwin Neher (2009) -premio Nobel de Medicina y también académico numerario de la Real Academia Europea de Doctores-, Mariano Barbacid (2011), Juan José Badimon (2016), Michael C. Nussenzweig (2016), Juan Carlos Izpisúa Belmonte (2016) y Pedro Guillén García (2017).
Catedrático de Física Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, González de Posada es ingeniero y doctor de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Madrid, licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Pontificia de Salamanca y licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid. Poseedor de cinco doctorados -en la actualidad ultima el sexto-, ha impulsado y dirigido numerosos proyectos y estudios de diversas ramas del saber y es miembro de diversas academias científicas.
Por su parte, la Real Academia Nacional de Farmacia tiene su origen en 1737, año en el que una real cédula de Felipe V aprueba los Estatutos del Real Colegio de Profesores Boticarios de Madrid. Desde esa fecha ha venido funcionando con diversos títulos y, entre los años 1741 y 1830, se impartieron en la citada institución enseñanzas de Farmacia, Química y Botánica e Historia Natural. Posteriormente, en el año 1895, fue declarada corporación oficial y el 9 de agosto de 1946 se integró en el Instituto de España.
La institución tienen como funciones fomentar la investigación y el estudio de las ciencias farmacéuticas y sus afines; asesorar al Gobierno, las administraciones públicas, los organismos públicos, la Agencia Española del Medicamento, otras agencias científicas y tecnológicas y a cuantas instituciones públicas o privadas lo soliciten en todo lo que se refiera a las ciencias farmacéuticas y al medicamento y cuanto se relacione con ellas y con la promoción de la salud y elaborar informes o dictámenes sobre las materias que le son propias.