Francisco López Muñoz
Profesor de Farmacología y vicerrector de Investigación y Ciencia y director de la Escuela Internacional de Doctorado de la Universidad Camilo José Cela. Académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)

Artículo publicado en el diario «ABC» el 3 de febrero de 2021

Francisco López Muñoz, profesor de Farmacología de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), aborda la frivolidad que a veces se le da a los efectos reales de algunos medicamentos en la lucha contra la Covid en el artículo «Carvativir, las ‘goticas milagrosas’ de Maduro contra el coronavirus», publicado en el diario «ABC» el pasado 3 de febrero. El académico firma este artículo junto al profesor de Farmacología y Toxicología de la Universidad Complutense de Madrid José Antonio Guerra Guirao. Ambos autores ya han publicado sendos artículos donde alertan sobre el potencial de otro compuesto para combatir la enfermedad cuyos resultados aún están por ver: la plitidepsina. Se trata en concreto de «Cuidado: los resultados de la plitidepsina de PharmaMar contra la COVID-19 siguen siendo preliminares» y «La plitidepsina ha demostrado su eficacia en bolsa: le falta hacerlo en pacientes de Covid-19», ambos disponibes en la edición española del portal especializado «The Conversation».

Para López Muñoz y Guerra Guirao, a pesar de rectificar y aclarar que dicho remedio es complementario a otros tratamientos, estas afirmaciones del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, constituyen un ejemplo claro de desinformación sanitaria y propaganda política. El Carvativir, de hecho, no deja de ser un medicamento derivado del tomillo y del orégano cuya capacidad es coadyuvante. La propia Academia Nacional de Medicina de Venezuela, la institución académica más relevante en materia de salud del país, reconoció inmediatamente en una nota preliminar sobre el Carvativir, tras la declaración pública del presidente Maduro, que este medicamento «no tiene nada de novedad, pues tanto los extractos como los productos puros del tomillo tienen ya una larga tradición como nutricéuticos y agentes terapéuticos desde tiempos ancestrales».

Los autores constatan que no existe ni un solo artículo publicado en las revistas indexadas en las habituales bases de datos científicas que aporten datos sobre la eficacia de este producto en la Covid-19. «La evidencia científica y clínica del Carvativir en el tratamiento de pacientes con Covid-19 es enormemente escasa y muy preliminar; anecdótica, podríamos decir. Con estos mimbres, es absolutamente injustificado e irresponsable promocionar su uso como esperanza terapéutica por parte de los responsables políticos, incluida la máxima autoridad de Venezuela. Y también puede ser sumamente peligroso, pues si se dejan de aplicar aquellos medicamentos cuya eficacia sí ha sido contrastada clínicamente y se confía en los efectos de este preparado, se pueden encontrar con el fallecimiento de muchos pacientes que esperan el ‘milagro de las goticas’. El verdadero milagro para estos países con escasos recursos sanitarios y terapéuticos debería ser la articulación de medidas y políticas internacionales que facilitasen un acceso a los medicamentos justo, amplio y solidario», concluyen.

 

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