Francisco López Muñoz
Profesor de Farmacología, vicerrector de Investigación y Ciencia y director de la Escuela Internacional de Doctorado de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Artículo publicado en el portal especializado The Conversation el 14 de octubre de 2021 y replicado por diversos medios españoles e hispanoamericanos
Francisco López Muñoz, profesor de Farmacología de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona sobre la eficiencia del fármaco contra el coronavirus SARS CoV-2, causante de la Covid-19, con el que experimenta la farmacéutica AstraZeneca en el artículo «Los anticuerpos monoclonales de AstraZeneca, un nuevo fármaco experimental contra la covid-19», publicado en el portal especializado The Conversation el pasado 14 de octubre y reproducido por diversos medios españoles e hispanoamericanos. El académico firma este artículo junto a José Antonio Guerra Guirao, profesor de Farmacología y Toxicología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid.
«El manejo clínico de la Covid-19 ha puesto de manifiesto hasta el momento la excelente eficacia preventiva de las vacunas frente a la infección por el virus SARS-CoV-2. Sin embargo, no podemos decir lo mismo del abordaje farmacológico. El número de principios activos y fármacos experimentales que han sido ensayados hasta el momento, de las más diversas familias farmacológicas y procedencias, supera los 400. Hasta la fecha, ninguno de ellos ha confirmado unas tasas de eficacia y seguridad suficientemente relevantes. En este contexto, la compañía farmacéutica AstraZeneca ha comunicado a la prensa que su fármaco, un cóctel de dos anticuerpos monoclonales denominado AZD7442, ‘es capaz de reducir el riesgo de padecer Covid-19 grave o de muerte en un 50 % en pacientes no hospitalizados que habían tenido síntomas durante siete días o menos'», introducen los autores el artículo.
López Muñoz y Guerra Guirao explican que los anticuerpos monoclonales son grandes proteínas que forman parte del sistema inmunológico y que son necesarias para identificar y neutralizar objetos extraños al organismo, como bacterias y virus. En la elaboración de estos fármacos, los anticuerpos monoclonales se seleccionan cuidadosamente y se dirigen contra una molécula concreta que desempeña una función clave en un proceso patológico. «Desarrollado por AstraZeneca, este fármaco experimental bloquea la unión de esta proteína al receptor funcional ACE2 (enzima convertidora de angiotensina 2), que es la vía para que el virus penetre en las células. De esta forma, se ha confirmado que previene la infección en animales», señalan.
En cuanto a la evidencia clínica disponible hasta el momento, los dos estudiosos apuntan diversos estudios que ya han alcanzado la fase III que confirmarían una reducción estadísticamente significativa de la Covid-19 grave o causante de muerte gracias al fármaco experimental en comparación con el placebo en pacientes no hospitalizados con enfermedad sintomática leve o moderada. Sin embargo, señalan, aún faltan estudios ajenos a la farmacéutica y publicaciones científicas que avalen la efectividad del fármaco. «Todas las informaciones se basan en datos aportados por AstraZeneca mediante notas de prensa y, hasta el momento, no existen evidencias publicadas en revistas científicas indexadas en repertorios reconocidos. Por otro lado, la información aportada es muy escasa y falta conocer datos más exhaustivos de la eficacia y seguridad de este fármaco experimental», consideran.
«También existe una gran incertidumbre sobre el posible elevado coste del tratamiento, así como sobre la postura de las autoridades sanitarias ante una solicitud de autorización de emergencia o aprobación condicional. En conclusión, nos encontramos frente a una nueva alternativa terapéutica para el abordaje de la pandemia, que abre vías diferentes para afrontarla. Esto es sin duda es bienvenido, pero se debe aportar una mayor evidencia de eficacia y seguridad. Parece que el tratamiento farmacológico definitivo de esta pandemia está más lejos de lo que pensábamos», concluyen los autores.