Ignacio Buqueras escribe la crónica de la entrega del premio World Peace & Liberty al Rey

Ignacio Buqueras, académico de número de la Real Academia de Doctores de España y asiduo colaborador y académico de número electo de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), realiza en el último número de la revista «Diplomacia», correspondiente a febrero de 2019, una crónica de la concesión al Rey Felipe VI del  premio World Peace & Liberty, el llamado Nobel del Derecho. Un acontecimiento que se celebró en el Teatro Real de Madrid y del que fue testigo de excepción. Otorgado por la Asociación Internacional de Juristas, en su más de medio siglo de historia sólo habían recibido esta distinción tres altas personalidades: René Cassin, Winston Churchill y Nelson Mandela.

La laudatio del galardonado correspondió a Felipe Gonzalez, presidente del Gobierno entre 1982 y 1996, quien destacó el papel de Felipe VI en su firme defensa de la Constitución y los derechos de todos los españoles. «Nunca hemos disfrutado de una Jefatura del Estado más claramente comprometida con los valores constitucionales del pluralismo, la diversidad y el respeto a las libertades individuales», señaló. Por su parte, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, que también participó en la ceremonia, incidió en las palabras de González. «Tomemos ejemplo del Rey para defender la democracia, la paz, la tolerancia y la libertad», señaló.

Felipe VI consideró que el premio era «un reconocimiento a la democracia constitucional española; y con ella a todos aquellos, hombres y mujeres, que con el impulso de la inmensa mayoría de los ciudadanos llevaron a cabo la transición política a la democracia, hicieron posible la aprobación de nuestra Constitución de 1978 y han velado y velan por su vigencia, integridad y continuidad durante los 40 años que lleva rigiendo la vida de España en libertad». El Rey reiteró su firme compromiso en la defensa del Estado de Derecho. «En un régimen democrático, no sólo es la garantía de los derechos y las libertades, sino pilar esencial del regular funcionamiento de las instituciones y fundamento de la convivencia y del progreso en paz y en libertad de sus ciudadanos».

Para Felipe VI, «la Constitución ha sido, es y será la guía de todos mis actos. Y la independencia y neutralidad de la Corona mi permanente compromiso cívico con España, al servicio de la democracia y de la libertad». De ahí que el monarca hiciese también un llamamiento a la defensa de un desarrollo económico equilibrado y sostenible, una educación de calidad, una expectativa real de promoción profesional para las jóvenes generaciones, la auténtica igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y la erradicación de la pobreza, siguiendo el espíritu de la propia Carta Magna.