La Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) dedica una nueva entrega, la vigesimocuarta, a otra de las grandes figuras de la ciencia y el pensamiento que han formado parte de su historia y que la actual Junta de Gobierno quiere agradecer, reconocer y reivindicar, en el convencimiento de que quien no tiene memoria, no tiene futuro. En este caso la RAED recuerda al expresidente de Venezuela Rafael Caldera Rodríguez (1916-2009), que ingresó en la institución como académico de honor en 1996 con el discurso «El Derecho en el siglo XXI», que la Real Corporación guarda con celo. La selección de estos selectos académicos, de todos los ámbitos del conocimiento, es fruto de la investigación llevada a cabo para la publicación del «Libro del Centenario» de la Real Academia, editado hace ya cuatro años. Personalidades que trascienden su contexto histórico para aparecer hoy en día como referentes del saber.
Nacido en el municipio venezolano de San Felipe, capital del Estado de Yaracuy, Caldera destacó pronto en los estudios y se licenció en Derecho y doctoró en Ciencias Políticas en Caracas. Con sólo 20 años fue designado subdirector de la recién creada Oficina Nacional del Trabajo y participó activamente en la redacción de la Ley del Trabajo venezolana, vigente durante más de medio siglo y clave para que el despegue económico del país gracias a su riqueza en materias primas y petróleo fuese paralela al desarrollo social. En 1943 decidió dedicarse por completo a la docencia, primero como profesor de Sociología Jurídica en la Universidad Central de Venezuela y más adelante como profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad Católica Andrés Bello hasta 1968, cuando fue elegido presidente de la República, cambiando el signo del Gobierno de manera pacífica y democrática por primera vez en la historia de Venezuela.
En esa primera etapa presidencial, que se extiende entre 1969 y 1974, Caldera acomete importantes avances en política industrial y comercial y establece relaciones internacionales con países como China, la Unión Soviética y Cuba y el país ingresa en el Pacto Andino. Tras su mandato se incorpora al Congreso como senador vitalicio, aunque sólo para participar en debates de alto interés nacional. Aunque en 1994, en plena crisis financiera, volvió a postularse para volver a asumir la presidencia. Este segundo mandato se alargó hasta 1999 y estuvo marcado por las importantes medidas fiscales que tomó su gobierno para hacer frente a la debilidad de la economía venezolana. Enfermo de Parkinson, el ya expresidente falleció en su residencia de Caracas la madrugada del 24 de diciembre de 2009, a los 93 años.
Entre su vasta obra en diversos campos destacan «Andrés Bello. Su vida, su obra y su pensamiento» (1946), «Idea de una sociología venezolana» (1953), «Aspectos sociológicos de la cultura en Venezuela» (1957), «El bloque latinoamericano» (1961), «Moldes para la fragua» (1962), «El lenguaje como vínculo social y la integración latinoamericana» (1967), «Ideario. La Democracia Cristiana en América Latina» (1970), «Especificidad de la democracia cristiana» (1972), «La Casa de Bello» (1973), «Temas de Sociología Venezolana» (1973), «Justicia social internacional y nacionalismo latinoamericano» (1973), «Cinco años de cambio» (1974), «La nacionalización del petróleo» (1975), «Reflexiones de la Rábida: Política y Ciencia Social ante la realidad latinoamericana» (1976), «Caracas, Londres, Santiago de Chile: las tres etapas de la vida de Bello» (1981), «Bolívar siempre (El Libro Menor)» (1987), «El pensamiento jurídico y social de Andrés Bello» (1987) y «Los causahabientes, de Carabobo a Puntofijo» (1999). Como curiosidad, su solicitud a la Real Academia Española de la Lengua de la inclusión en su Diccionario de la palabra «millardo» para referirse a la cantidad de mil millones, petición que fue admitida y hoy la palabra está aceptada.