El reconocido cirujano y activista por la paz catalán Moisès Broggi (1908-2012) es el protagonista de la decimosexta entrega de la serie que la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) dedica a los académicos más notables de su centenaria historia. Otra de las grandes figuras de la ciencia y el pensamiento que han formado parte de la RAED y que la actual Junta de Gobierno quiere agradecer, reconocer y reivindicar, en el convencimiento de que quien no tiene memoria, no tiene futuro. La selección de estos selectos académicos, de todos los ámbitos del conocimiento, es fruto de la investigación llevada a cabo para la publicación del «Libro del Centenario» de la Real Academia, editado hace ya tres años. Personalidades que trascienden su contexto histórico para aparecer hoy en día como referentes del saber.
Médico de vocación, estudió en la Universidad de Barcelona, donde coincidió con otras destacadas figuras de la Medicina catalana y española de principios del siglo XX como August Pi i Sunyer, Joaquim Trias Pujol y Josep Trueta. Tras licenciarse e iniciar su andadura profesional, la Guerra Civil lo llevó a defender la República y se convirtió en jefe de cirugía del equipo médico de las Brigadas Internacionales. Durante este periodo implantó dos importantes novedades: los quirófanos móviles y el primer banco de sangre que funcionó en España. Además, estuvo al frente del único servicio de urgencias hospitalarias en activo las 24 horas del día.
Al finalizar la guerra ejerció en el Hospital de Vallcarca de Barcelona y en el Hospital Clínico de Barcelona, aunque su participación en el bando perdedor le llevó a ejercer en hospitales más modestos. Su incansable labor y tenaz entrega lo llevó a ser designado presidente de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Barcelona y fue miembro fundador de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, entidad galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1985.
En 1955 ingresó como académico de número de la entonces Academia de Doctores de la Provincia Universitaria de Barcelona, actual Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914, y en 1966 se convirtió en miembro de la Real Academia de Medicina de Cataluña, de la que fue nombrado presidente en 1980. Durante el curso 1988-1989 la RAED le dedicó un sentido homenaje que se sumó a los múltiples reconocimientos institucionales que recibió al finalizar su carrera profesional. Cuenta, entre otros galardones, con la Cruz de Sant Jordi que otorga la Generalitat de Cataluña y la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Barcelona. En 2010 se inauguró en Sant Joan Despí un hospital general que lleva su nombre. Sus últimos años estuvieron marcados por su activismo político en Esquerra Republicana de Catalunya tras una larga trayectoria en Convergència Democràtica de Catalunya, y en la Asamblea Nacional Catalana.