Joaquín Callabed
Presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza, de la Real Academia de Medicina de Catalunya y de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Obituario publicado en el diario «Heraldo de Aragón» el 10 de diciembre de 2020
Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), recuerda en un sentido obituario publicado por el diario «Heraldo de Aragón», en su edición del pasado 10 de diciembre, la figura del desaparecido Fernando Solsona, médico e intelectual aragonés con quien compartió profesión, amistad y pasiones y a quien acompañó en el seno de la Real Academia de Medicina de Zaragoza y de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis.
Especialista en radiología y cáncer de mama, Solsona falleció el pasado 20 de noviembre en Zaragoza a los 85 años tras sufrir un derrame cerebral. Aunque más que como facultativo, Solsona fue conocido como activista cultural y social, siguiendo la tradición de otros médicos aragoneses como Pedro Laín Entralgo o Ricardo Royo Villanova. Entre sus obras figuran más de 400 publicaciones científicas, además de estudios humanísticos centrados en la figura de grandes personajes aragoneses históricos como Miguel Servet o Miguel Fleta.
Como destaca Callabed en su artículo, Solsona nació en 1935 en Zaragoza, en el barrio de San Pablo, donde residía su familia materna desde el siglo XVII y que nunca abandonó. Cursó medicina en la ciudad aragonesa y amplió sus estudios en Roma y en Aix-en-Provence y Marsella, donde se especializó en radioterapia. En 1965 ingresó en el Servicio de Radioterapia del Centro Nacional de Investigaciones Médico-Quirúrgicas de Madrid y en 1968 ganó, con el número uno, las primeras oposiciones nacionales de la especialidad. En Zaragoza dirigió desde 1973 el Departamento de Radioelectrología y Medicina Nuclear del Hospital Miguel Servet, donde se jubiló en 2005.
«En su brillante labor asistencial siempre defendió el lema ‘vir bonus medendi peritus’ (para ser buen médico hay que ser buena persona)», resume el académico de la RAED la figura imborrable de Fernando Solsona.