Santiago Castellà, director de la Cátedra Tarragona Smart Mediterranean City de la Universidad Rovira i Virgili y académico de número y miembro de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), inauguró el pasado 10 de diciembre el homenaje que esta universidad tributó a los impulsores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos con motivo de los 70 años de su redacción. El académico intervino con la ponencia «Visión global de la Declaración de los Derechos Humanos», donde trazó desde la génesis del documento hasta las consecuencias que llevó su adopción por parte de los países miembro de la Organización de Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
Impulsor del Centro de Estudios sobre Conflictos Sociales de la Universidad Rovira i Virgili, coorganizador del acto, Castellà considera que la globalización del Derecho Internacional y la labor del Tribunal Penal Internacional suponen una nueva garantía para la protección de esta Declaración Universal para que su incumplimiento no quede impune. Para el académico, el Derecho Internacional, que antes se basaba en el territorio y en el principio de soberanía, tiene una nueva frontera: la dignidad de las personas. Los Estados que no respetan los Derechos Humanos deben responder ahora ante el Tribunal Penal Internacional.
En la sesión también participaron Carme Colomina, del Centro de Información y Documentación Internacionales en Barcelona (CIDOB), con la conferencia «Derechos Humanos y Unión Europea»; Bartosz Kaczorowski, de la Universidad de Lodz, quien vía Skype intervino con el trabajo «Política exterior y la cuestión de los Derechos Humanos en Polonia», y Fouad Nohra, del Centro de Estudios Diplomáticos y Estratégicos de París, quien también vía Skype pronunció la charla «Les droits économiques et sociaux dans la Déclaration Universelle des Droits de l’Homme». El acto estuvo presidido por una emblemática cita de Eleanor Roosevelt, gran impulsora de la Declaración: «Nos encontramos en el umbral de un gran acontecimiento. Esta Declaración Universal de los Derechos Humanos bien puede llegar a ser la Carta Magna de la Humanidad».