Queremos rendir aquí homenaje a la huella dejada por cada decano, pues los decanatos son como las piedras miliares de nuestra historia académica. No obstante, no debemos olvidar que los equipos de gobierno y los académicos que han pasado por la institución son los verdaderos protagonistas de la historia centenaria de la Real Academia Europea de Doctores. Siendo más precisos, los decanos son la representación personalizada de ese esfuerzo colectivo que ha llevado a la Academia a alcanzar el prestigio y la solvencia intelectual de que goza hoy día.
Álvaro Esquerdo Esquerdo
(1914-1921)
El Dr. Álvaro Esquerdo (Villajoyosa 1853–Barcelona 1921) fue fundador en 1914 y decano-presidente hasta 1921 de la Agrupación de Doctores Matriculados de Cataluña, germen inicial de la actual Real Academia Europea de Doctores.
Aunque pudiera parecer que los doctores inscritos en la Agrupación de Doctores Matriculados en torno al Dr. Álvaro Esquerdo tenían como único objetivo ennoblecerse personalmente y como grupo, su propósito no fue otro que dignificar la figura del doctor y prestigiar una actividad profesoral que en aquel tiempo estaba bastante deteriorada. La elección como primer decano-presidente del Dr. Esquerdo, eminente cirujano y hombre de ciencia, supuso el comienzo de la dignificación del título de doctor en nuestro país tanto para los doctores universitarios como para los profesionales. Con él se puso simbólicamente la primera piedra del gran edificio sapiencial que construirían las siguientes generaciones de doctores.
Pedro Gerardo Maristany y Oliver
(1921-1926)
Pedro Gerardo Maristany y Oliver (Masnou 1863–Barcelona 1926), conde de Lavern por gracia de Su Majestad Alfonso XIII, fue el segundo decano-presidente del Colegio de Doctores, entre 1921 y 1926. Por su amistad con el monarca y como homenaje y reconocimiento “real” al amigo entrañable que era, el rey Alfonso XIII tuvo a bien presidir el solemne acto académico del Colegio de Doctores en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona, el 27 de mayo de 1925. A la vez gran empresario y hombre de ciencia (había cursado las carreras de Ciencias Exactas y Físico-Químicas), Pedro Gerardo Maristany, conde de Lavern, fue un referente de su tiempo en la convergencia del estudio apasionado y el pragmatismo emprendedor.
Con su buen hacer contribuyó a la dignificación de la enseñanza tanto primaria como universitaria. También se esforzó por acercar las actividades del Colegio de Doctores al rey Alfonso XIII en ese acto solemne celebrado en 1925 en la Universidad de Barcelona. Era la primera vez –y no sería la última– en que la monarquía tenía noticia directa de los afanes de un núcleo colegial de académicos que, andado el tiempo, acabaría por transformarse en academia.
Guillermo de Benavent Camps
(1926-1963)
Desde una perspectiva histórica, Guillermo de Benavent († Arenys de Mar 1963) tuvo que enfrentarse a tiempos difíciles: primero tuvo que ejercer como decano de facto o en funciones (y añadiríamos que en algunos años, especialmente los de la Segunda República y la Guerra Civil, clandestino o hibernado) en el período comprendido entre 1926 y 1943, para después dirigir la institución, ya como decano electo, en los años más duros de la posguerra.
Al acabar la Guerra Civil todavía habría de pasar un tiempo hasta que en 1943 el Dr. Benavent fuera nombrado oficialmente decano del Colegio de Doctores. En calidad de tal expuso al entonces jefe del Estado, Francisco Franco, el objetivo de la institución que lideraba en la memorable audiencia que tuvo lugar el 15 de marzo de 1944 en el palacio de Pedralbes de Barcelona.
Ese objetivo no era otro que la dignificación del título de doctor. Además de interesar a las autoridades del momento en la problemática doctoral, invitó a un número importante de personalidades de la investigación y la docencia universitarias, así como de la política y las instituciones, a que expusieran en el foro del Colegio de Doctores la excelencia de su nivel doctoral.
Jorge Xifra Heras
(1964-1979)
De la labor decanal del Dr. Xifra (Figueres 1926–) recordamos las aperturas de curso, con ilustres conferenciantes que dieron nivel y prestigio a la institución, así como la publicación de los tres anuarios. Los inicios de este decanato destacaron por su ímpetu renovador.
Con todo, el mayor logro del Dr. Xifra fue la proyección social que dio al entonces Colegio de Doctores a través de la organización de brillantes conferencias y solemnes aperturas de curso, actos ambos en los que participaron relevantes figuras intelectuales del momento. En ese sentido se puede decir que el Dr. Xifra fue un excelente relaciones públicas y un incansable promotor de la imagen de la institución.
Luis Dolcet Buxeres
(1979-1989)
Ya en democracia, el Dr. Dolcet (l’Hospitalet de Llobregat 1909–Barcelona 1994) fue el artífice, junto con su sucesor el Dr. Casajuana, de la ratificación de la naturaleza jurídico-pública de la Academia, una condición que ya había obtenido en 1966, pero que se movía en torno a una cierta ambigüedad nacida de la Ley de Asociaciones de 1964. Este paso, realizado al amparo de la Generalitat de Catalunya, fue importantísimo en el devenir de la institución. De hecho, fue una auténtica refundación.
También fue iniciativa de este decano convertir durante algún tiempo la Academia en una institución itinerante, con sesiones solemnes celebradas en las otras tres capitales catalanas y el proyecto, que nunca se terminó de concretar, de llevar también una sesión a Palma de Mallorca. Suyas fueron también las primeras gestiones que culminaron con la concesión del calificativo de “Real” a la Academia ya en el mandato del Dr. Casajuana.
Josep Casajuana Gibert
(1990-2012)
Este decanato, el de más larga duración en la historia de la RAD, estuvo marcado por el objetivo del Dr. Casajuana (Vacarisses 1923-Barcelona 2013) de intensificar al máximo la vinculación de la RAD con la monarquía. Algo que el nuevo decano veía como un camino seguro para ennoblecer la institución.
Para su satisfacción, obtuvo dos notables éxitos, aunque separados por 15 años, la presencia del Rey en dos sesiones solemnes celebradas en el Palau de la Música Catalana en 1992 y 2008 respectivamente. Estos éxitos compensaron la languidez de la vida interna de la Academia, manifestada sobre todo en la escasez de las juntas celebradas.
Alfredo Rocafort Nicolau
(2012-)
La Real Academia de Doctores, ya consolidada legalmente desde 1990, ha encontrado en el Dr. Alfredo Rocafort (Barcelona 1949) un liderazgo prometedor que potencia el trabajo de las secciones y abre la institución a los canales de internacionalización académica. Buena prueba del trabajo realizado es que en los más de tres años transcurridos hasta ahora se ha estrenado un local perfectamente equipado para el desarrollo de las actividades propias de los académicos, se ha celebrado el centenario de la institución y se han publicado una decena de números de RAD Tribuna Plural, la revista científica de la Academia (la Junta de Gobierno de este decanato consideró que era mejor que los contenidos clásicos de un anuario se publicaran anualmente en los números de la revista, de manera que la información científica y académica fuera así más fluida y dinámica). También se han publicado casi 50 volúmenes de las distintas colecciones creadas. Además, se ha potenciado el sitio web (www.radd.eu) de la institución y los actos organizados por ella cada vez tienen un mayor protagonismo en el formato online.
Esta modernización, así como la dinamización por lo que respecta a la participación de los académicos, enriquece a la que desde febrero de 2016 ya es Real Academia Europea de Doctores (RAED), y la pone en el camino correcto para convertirse en una academia de referencia tanto nacional como internacionalmente.