«¿Hay más partículas fundamentales dentro de quarks? No lo sabemos, pero estarían confinadas por una fuerza 100 millones de veces más fuerte de las que conocemos»
Jerome Friedman, premio Nobel de Física y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), responde con honestidad y rigor a la pregunta que le hacen de manera más recurrente tras haber demostrado de forma empírica la existencia de los quarks, las partículas de materia más pequeñas, que se esconden en el interior de los protones y neutrones: «¿Hay más partículas fundamentales dentro de Quarks? No lo sabemos, pero no lo podemos descartar. En cualquier caso, la física cuántica nos indica que esas hipotéticas partículas estarían confinadas por una fuerza extremadamente potente. Más de 100 millones de veces más fuerte que las que conocemos», explica Friedman.
El académico impartirá el próximo 7 de noviembre en Sevilla una conferencia dentro del ciclo organizado por la Fundación Cajasol y la RAED con el título «¿Estamos realmente hechos de quarks? Are we really made of quarks?». Una sesión que abre un ciclo en el que tres premios Nobel de distintos ámbitos que a su vez son académicos de honor de la Real Academia pronunciarán conferencias divulgativas en la capital andaluza. A Friedman se añadirán Aaron Ciechanover, premio Nobel de Química y Erwin Neher, premio Nobel de Medicina.
Friedman explica cómo los últimos descubrimientos del Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) confirman la existencia real de los quarks y que lo que la física aún no ha descubierto probablemente es más de lo que sabemos hoy en día. Sin embargo, señala, la tecnología actual no nos permite ir más allá. En este sentido, el académico recuerda que hasta entrada la década de los 80 del siglo pasado la comunidad científica tampoco reconocía la existencia de estos fermiones.
«Se decía que funcionaban en una representación teórica, pero que no eran reales, y que en cualquier caso eran estructuras difusas, pero no partículas elementales», asegura.
Ahora, prosigue Friedman con su argumentación, es tan habitual decir que el átomo de carbono se compone de 6 electrones, 6 protones y 6 neutrones como que consta de 6 electrones y 36 quarks. Esta partícula incluso tiene un tamaño: 10-17 cm. «Los primeros estudios que realizamos en el acelerador lineal de la Universidad de Stanford y en el Centro de Tecnología de Massachusetts (MIT) entre 1967 y 1974 nos permitieron afirmar que los quarks tenían una estructura propia y una dinámica propia. Y poco a poco los teóricos abandonaron las anteriores teorías sobre la materia», indica el físico, que en su discurso aborda toda la trayectoria de la investigación de la física nuclear y cuántica hasta llegar al momento actual, en el que la teoría de las Supercuerdas sugiere que los constituyentes fundamentales de la realidad son cuerdas de una longitud de Planck (10-32 cm).