Jesús Alberto García Riesco

Jesús Alberto García Riesco, coronel del Ejército de Tierra, miembro de la Asociación Española de Militares Escritores y colaborador de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), analiza en el artículo «Luces y sombras del plan de paz de Trump para Gaza», publicado el pasado 21 de noviembre en el diario digital La Crítica, el plan de paz presentado por el presidente de Estados Unidos para tratar de poner fin a la ocupación militar de la franja de Gaza por parte de las Fuerzas Armadas israelíes y a su destrucción para acabar con el grupo terrorista Hamás, destacando sus puntos positivos y los riesgos o incógnitas que plantea.

En su aspecto favorable, destaca el experto, el plan incluye un alto el fuego, la liberación de rehenes y prisioneros, una retirada parcial del Ejército israelí, y la promesa de que Gaza sea entregada a los palestinos, con la obligada disolución de Hamás. Asimismo, prevé un proceso de reconstrucción de la franja con ayuda humanitaria, rehabilitación de infraestructuras y una supervisión internacional que garantice la seguridad. No obstante, el artículo subraya que el plan también presenta problemas estructurales importantes. Entre ellos, la dificultad de lograr un desarme total de Hamás, las reticencias israelíes a reconocer un estado palestino y la posibilidad de que Gaza quede convertida en una especie de protectorado bajo supervisión internacional, lo que cuestiona su legitimidad como solución duradera.

Gaza (Palestina), 25 de septiembre (Andes).

Gaza (Palestina), 25 de septiembre (Andes). AgenciaAndes, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons

Además, prosigue el autor, existe una preocupación ética y política: el plan apuesta por los que denomina «una paz económica» que ofrecería incentivos materiales a los palestinos, pero podría exigir que estos renuncien a su narrativa nacional. Esto puede generar resistencias culturales y sociales, y dejar el conflicto irresuelto en sus raíces religiosas e identitarias. El artículo concluye que aunque el plan de Donald Trump supone una oportunidad, quizás la más clara en años, para poner fin a la violencia, su éxito dependerá en gran medida de la voluntad real de las partes implicadas para cumplir los compromisos, y de su capacidad para transformar las condiciones materiales en un acuerdo justo y sostenible. Mientras persistan miedos, desconfianzas e intereses contrapuestos, las ‘luces’ del plan podrían verse eclipsadas por sus ‘sombras’.

«Los Acuerdos de Oslo de 1993 abrieron grandes esperanzas, pero la llegada al poder de Ariel Sharon en Israel y de Hamás en Gaza los hicieron fracasar. Desde entonces, la lucha no ha cesado y no ha habido ningún acuerdo para acabar con el conflicto. El plan de paz de Trump es una gran noticia -se han silenciado las armas y se prevé una Palestina para los palestinos-, pero cualquier acuerdo en la región no puede quedarse en los aspectos tangibles, sino profundizar en los sentimientos colectivos: el diálogo interreligioso, el pleno reconocimiento de los derechos humanos y la seguridad de ambas partes. Mientras israelíes y palestinos sigan con sus planteamientos fundamentalistas, cada intento de llegar a la paz llevará al fracaso», concluye García Riesco.

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