Mariàngela Vilallonga, catedrática emérita de Filología Clásica de la Universidad de Girona, presidenta de la Fundación Prudenci Bertrana y académica de número de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), y Frederic Borràs, académico de número de RAED, participaron el pasado 21 de diciembre en la inauguración de una nueva sala expositiva del Museo de Tortosa, que bajo el lema «Entre dos segles» expuso obras de tres de los más reconocidos artistas locales de los siglos XIX y XX: los pintores Francesc Gimeno y Antoni Casanova y el escultor Agustí Querol.
La exposición muestra obra del propio museo, obra cedida por el Museo del Prado y el Museo Nacional de Arte de Cataluña y obra cedida por coleccionistas particulares como el propio Borràs. La presencia de ambos académicos fue agradecida por las autoridades locales, representadas por el alcalde y la concejal de cultura, que lideraron el proyecto, cuya finalidad es poner en valor de una forma rigurosa y atractiva la obra de estos artistas.
Los comisarios de la exposición, expertos reconocidos en los tres artistas reseñados, señalaron en sus presentaciones que el último tercio del siglo XIX fue una época clave para el arte catalán y español, marcada por el aumento de la demanda artística, la aparición de galerías de arte y el impulso de la crítica profesional. También en la zona emergieron grandes artistas con fuerza, aunque a menudo tuvieron que emigrar a ciudades como Barcelona, Madrid, Roma o París, donde se concentraban las escuelas de bellas artes y el mercado artístico.
Fue en este contexto en el que Antoni Casanova se convirtió en un pintor de renombre internacional que triunfó en Roma y París. Francesc Gimeno, con una producción intimista y personal, y a quien el escritor Josep Pla dedicó uno de sus famosos «Homenots», fue reconocido póstumamente como una figura esencial de la pintura catalana. Por otro lado, Agustí Querol se estableció en Madrid, donde se convirtió en uno de los escultores más representativos del arte oficial de la época, pudiéndose admirar su obra en algunos monumentos de la ciudad y en el Museo del Prado.
Tras su etapa como consejera de Cultura de la Generalitat de Cataluña entre marzo de 2019 y septiembre de 2020, un cargo por el que renunció a la vicepresidencia del Instituto de Estudios Catalanes, Mariàngela Vilallonga reemprendió su actividad docente hasta su jubilación el curso pasado. Es, además, presidenta de la Fundación Prudenci Bertrana. En 2016 fue reconocida con la Creu de Sant Jordi, la máxima distinción que otorga la Generalitat, por sus investigaciones en literatura humanística latina de la Corona de Aragón. Recientemente, fue nombrada consejera del grupo editorial Grup62.
Borràs, por su parte, es miembro del Consejo Global de la Asociación para el Crecimiento Corporativo, la principal comunidad de profesionales dedicados a las fusiones, adquisiciones y crecimiento corporativo a nivel internacional. Recientemente fue reconocido como miembro de honor de IECnet, una de las principales firmas internacionales de auditoría, asesoramiento fiscal y consultoría después de una larga y exitosa trayectoria en la firma, donde ocupó durante ocho años una silla en su Consejo de Administración y la Presidencia de la Práctica de Auditoría. El académico trabajó durante casi cuatro décadas en la firma KPMG, donde llegó a ser socio encargado de las oficinas de Barcelona, Girona, Palma y Andorra. Entre sus cargos institucionales, el académico es presidente de honor del Colegio de Censores Jurados de Cuentas de Cataluña.