Enrique Sada Sandoval

Enrique Sada

El historiador mexicano Enrique Sada, colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica diversas reflexiones sobre la actualidad internacional y mexicana en los artículos «El servicio secreto y Trump en la mira», «El septentrión novohispano», «Dieciséis días de desprestigio», «Vinícola lagunera de orgullo nacional» y «Relaciones diplomáticas en peligro», publicados en el portal Código Libre y en el diario digital El Siglo de Torreón entre los pasados 26 de julio y 30 de agosto.

En «El servicio secreto y Trump en la mira», el historiador se centra en la historia de la inteligencia estadounidense tras el frustrado atentado contra el expresidente y candidato republicano. «Aunque oficialmente creada por el general Ulysses Grant como presidente -veterano de la invasión contra México en 1847 y de la Guerra Civil- a partir de la década de 1870, sus orígenes pueden ubicarse hasta el siglo XVIII, durante la Revolución Americana de Independencia respecto al Reino Unido en 1776, como refiere Christopher Andrew en ‘For the President’s eyes only: Secret Intelligence and the American Presidency from Washington to Bush’«, explica.

Por su parte, en «El septentrión novohispano», Sada recupera la magna obra del historiador francés Robert Ricard «La conquista espiritual de México: ensayo sobre el apostolado y los métodos misioneros de las órdenes mendicantes en la Nueva España de 1523-1524 a 1572», en la que habla del papel de los primeros religiosos españoles que llegaron a Nueva España. «La conquista del septentrión novohispano no puede asociarse de manera exclusiva al impulso de las prospecciones mineras, ni a cuestiones de asentamientos de defensa aun dentro del contexto inmediato de las guerras chichimecas, puesto que también se debió en mayor medida a la búsqueda de nuevas rutas para la expansión evangelizadora», explica.

En «Dieciséis días de desprestigio», el experto se focaliza en la celebración de los Juegos Olímpicos de París, con el escándalo de la ceremonia de inauguración por sus mofas al cristianismo y la contaminación de las aguas del Sena, donde se celebraron varias pruebas. «Desafortunadamente, aun después de una clausura mediocre en la que al final se intentó sortear tantos descalabros y estulticia ideológica perpetrada por el comité organizador y las autoridades francesas, con Tom Cruise saltando épicamente en paracaídas al más puro estilo de la saga de espionaje ‘Misión Imposible’, recibiendo la batuta para las próximas Olimpiadas a celebrarse en cuatro años en Los Ángeles, California, cabe señalar que ni siquiera este acto de vodevil logró quitar el mal sabor de boca en lo que la gran mayoría de la audiencia y los participantes no han escatimado en descalificar de viva voz como los peores Juegos Olímpicos de la historia hasta hoy», afirma.

El historiador aborda el pasado y futuro de los vinos mexicanos en «Vinícola lagunera de orgullo nacional», donde asegura que compiten con los europeos, sudamericanos y norteamericanos sin diferencias en calidad, fijándose específicamente en la producción de La Laguna. «Desde la fundación y repuebla del valle de Parras en el siglo XVI, la historia de la comarca lagunera ha venido a escribir una de sus páginas más gloriosas para la historia del norte de México por el cultivo de sus vides, como bien asentara en su momento el Sergio Antonio Corona Páez en su clásica obra ‘La vitivinicultura en el pueblo de Santa María de las Parras: producción de vinos, vinagres y aguardientes bajo el paradigma andaluz (siglos XVII y XVIII)’«, introduce el tema.

Finalmente, en «Relaciones diplomáticas en peligro», Sada recupera la actualidad mexicana y aborda las dudas que genera la democracia de su país, denunciando injerencias en los diversos poderes del Estado del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador. «Un país que carece de transparencia, de Estado de derecho y de instituciones autónomas no ofrece ningún tipo de garantía ni para los individuos de otros países que busquen invertir en el mismo, ni para las grandes empresas internacionales temerosas de sufrir expropiaciones, extorsiones y violencia más directa (como sucede en las repúblicas bananeras) ni para los propios ciudadanos que en teoría podrían integrar la planta laboral y comercial que los primeros y segundos requieren para poder establecerse con miras a detonar negocios, creando fuentes de empleo (algo que el Gobierno no genera)», considera.