Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), aborda diversas cuestiones relacionadas con la educación y la atención social y sanitaria a los menores, particularmente a los adolescentes, ofreciendo consejos desde la óptica profesional, en los artículos «Consejos para afrontar el fracaso escolar», «Signos de riesgo a vigilar en la visión infantil», «¿Por qué es tan importante el dibujo infantil?», «Cómo afecta el divorcio a los hijos», «Cómo el maestro puede cambiar vidas» y «¿Por qué es tan importante la pediatría social?», publicados entre los pasados 10 de junio y 7 de julio en la sección «Lectores expertos» de la edición digital del diario «La Vanguardia», de cuya comunidad de lectores forma parte activa.
En «Consejos para afrontar el fracaso escolar», el académico defiende que todo alumno merece un tratamiento individualizado, abordando el problema desde diferentes ángulos. «Las dificultades y el fracaso escolar son temas de gran actualidad y muy apropiados para ser abordados desde diferentes ángulos: la salud del niño o del joven, la actitud de la familia y la calidad de la enseñanza. Debemos estudiar, pues, este problema bajo un triple aspecto: salud, familia, colegio, íntimamente relacionados», considera Callabed, quien detalla los roles y los ámbitos de actuación de cada uno de estos actores fundamentales en la educación.
En «Signos de riesgo a vigilar en la visión infantil», por su parte, el presidente del Club de Pediatría Social aconseja, como prevención, llevar a los niños y niñas a partir de los cuatro años al oftalmólogo de modo rutinario y apunta tres signos que pueden indicar problemas de visión ya en los lactantes: que no hagan seguimiento visual horizontal o vertical de los objetos, que no miren a los juguetes o a los rostros familiares o que sostengan su cabeza en una postura poco corriente. «Conviene visita al oftalmólogo para descartar una alteración visual. Y, respecto al niño mayorcito, vamos a estudiar otros síntomas que suelen ser más llamativos que en el primer año. La mayoría de los defectos pueden ser observados por la familia y maestros», indica.
Por otra parte, en «¿Por qué es tan importante el dibujo infantil?», el experto asegura que el dibujo de los niños y niñas aporta mucha información útil, sirve de orientación para conocer la inteligencia del niño y su personalidad. «El dibujo está poco apreciado, en general, en los planes escolares y las clases no siempre están impartidas por licenciados en Bellas Artes y que amen lo que enseñan. Es un problema de cultura y sensibilidad. La familia debe estar atenta y, si observa motivación y buenas aptitudes, debe buscar su desarrollo. Puede incluso ser una profesión en algunos casos», explica.
En «Cómo afecta el divorcio a los hijos», Callabed asegura que es una de las circunstancias más dolorosas que pueden surgir en la vida del niño y puede tener repercusiones. Ante ello, ofrece algunos consejos para que el trance sea lo menos traumático posible. «Habrá que valorar los aspectos psicológicos y sociales con un guion orientativo: tiempo necesario y lugar apropiado. Dar información positiva. Describir sin juzgar. Estilo empático y próximo de comunicación. Ser sensible a los datos verbales de la entrevista. Mientras existe conflicto, hay posibilidades de solución. Ayudar a la pareja a dar posibles soluciones para la situación que atraviesan. Hacer diagnósticos positivos y negativos. Intentar llegar a un acuerdo con las decisiones tomadas. Mantener siempre el respeto, la comprensión y la prudencia, como normas éticas necesarias cuando tratamos con el dolor humano», aconseja.
En «Cómo el maestro puede cambiar vidas», el académico recuerda con motivo de la desaparición del pensador italiano Nuccio Ordine su reconocimiento a sus profesores ya como adulto y reconocido filósofo, siguiendo el modelo que ya ofreció el también filósofo y escritor Albert Camus haciendo público su agradecimiento a sus educadores. «La vida de un joven estudiante puede transformarse de muchos modos: educando a los alumnos en la legalidad, la tolerancia, la justicia, el amor al bien común, la solidaridad humana, el respeto a la naturaleza y al patrimonio artístico. Se realiza en silencio y lejos de los focos, un pequeño milagro que se repite cada día en cada escuela de cada país rico o pobre del mundo», argumenta.
Por último, en «¿Por qué es tan importante la pediatría social?», Callabed defiende una especialidad que desarrolla una visión global de los niños y jóvenes, incluyendo su entorno y las influencias que reciben, explicando su desarrollo y las figuras clave que la han definido a lo largo de la historia. «La Pediatría Social es una actitud que acompaña a los aspectos clínicos y preventivos. Robert Debré la definió así: ‘Es más un modo de ser que un programa de estudios’. La Pediatría Social se genera en el momento que se desarrolla una acción colectiva, ya sea a nivel local, nacional o internacional. La organización de una medicina social debe favorecer el desarrollo de sentimientos afectivos, la formación del personal, la ordenación de la asistencia social, la organización de los dispositivos de prevención y de cuidados», concluye.