August Corominas, profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Murcia y de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico emérito y miembro del Senado de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «Genética y envejecimiento. Progeria y síndromes progeroides». Adentrándose en esta misma materia, el académico compartió recientemente en esta publicación los artículos «Los cuatro jinetes del apocalipsis gerontológico: soledad, silencio, dolor y nocturnidad», «Reflexión antropológica de la edad centenaria«, «De abuelos a nietos», «¿Es posible llegar a los cien años o incluso más?» y «Mecanismos de tanatoquímica y tanatofísicos en el proceso de morir«. Además es autor de uno de los capítulos del libro «Vitalidad al envejecer. Si lo deseas, puedes vivir más años con salud», editado por la Real Corporación con el apoyo de Vichy Catalán.
Genética y envejecimiento. Progeria y síndromes progeroides
La genética es un factor muy importante (25%) en el proceso de envejecimiento. Algunas personas tienen una cierta susceptibilidad genética que influye mucho más intensamente que el colectivo medio. Hay efecto negativo de algunos genes (gerontogenes, tanatogenes o genes deletéreos). Otros genes tienen efectos positivos, son los genes protectores o genes de longevidad. Existen algunos genes en colectivos cerrados que protegen contra envejecimiento y permiten vivir unos diez años más que en el promedio normal de la longevidad media. Tenemos dos buenos ejemplos en el colectivo judío de Malta y en el grupo amish de Oregón.
Se ha descrito que las células viven hasta un número de cronomitosis, hasta el denominado límite de Hayflick. Uno de los mecanismos biológicos que explica este fenómeno es el acortamiento de los telómeros, que son formaciones de ADN que aparecen en los extremos de los cromosomas. Los telómeros se acortan irreversiblemente con el paso del tiempo en cada ciclo de la división celular, por acción de la telomerasa. Cuando los telómeros se hacen muy cortos, las células pierden su capacidad de dividirse. Algunas células (epitelio intestinal, fibroblastos de la piel) no son capaces de sobrepasar el límite de las 50 divisiones.
La muerte celular ocurre por necrosis o apoptosis. La necrosis ocurre en respuesta por un insulto físico o químico, La apoptosis es un proceso muy regulado ordenado mediante la cual la célula es inducida a una suerte de suicidio.
La progeria o síndrome de Hutchinson-Gilford es un fenómeno poco frecuente (1/8.000.000 nacidos). Consiste en la aparición de signos de envejecimiento en niños entre su primer y segundo año de vida. La mayoría de los casos de progeria son esporádicos, lo cual plantea la posibilidad de un patrón de herencia autosómico dominante por mutación de novo. El diagnóstico diferencial de esta entidad debe plantearse con cualquiera de los otros síndromes progeroides descritos en la literatura. Se presenta una revisión actualizada sobre el tema haciendo énfasis en la aproximación diagnóstica del cuadro.