Maria Àngels Calvo
Catedrática de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona; académica de número de la Real Academia de Medicina de Cataluña, de la Real Academia de Farmacia de Cataluña, de la Academia de Ciencias Veterinarias de Cataluña, de la Real Academia de Doctores de España y académica de número y vicepresidenta de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)

Maria Àngels Calvo, catedrática del Departamento de Anatomía y Sanidad Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona, secretaria general de la Academia de Ciencias Veterinarias de Cataluña y académica de número y vicepresidenta de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), protagonizó el pasado 30 de junio dentro del marco de las sesiones de la Sección Segunda de la Real Academia de Farmacia de Cataluña, de la que también es académica numeraria, la sesión «Bacteriòfags. Una possible alternativa als antibiòtics?», en la que planteó una solución a un problema cada vez más evidente en la sanidad humana y animal: la resistencia de muchos patógenos a los antibióticos.

«Hay diferentes opciones para trabajar entornos con menos patógenos, combatiéndolos con éxito mediante el uso de probióticos y prebióticos, bacteriocinas, enzimas, ácidos orgánicos, extractos naturales y, finalmente, bacteriófagos, un tipo de virus que se conoce desde principios del siglo XX que infecta las células de una bacteria y la acaban destruyendo», inició la vicepresidenta de la RAED su intervención. Se conoce como fagoterapia la técnica que se ha desarrollado para utilizar estos bacteriófagos en la lucha contra determinados patógenos. Calvo, no obstante, alertó sobre su uso, ya que en el caso de la difteria, el bacteriófago juega un papel determinante en el papel patógeno de la bacteria que provoca la enfermedad.

La experta señaló en su charla un ejemplo paradigmático sobre el papel de estos virus: las observaciones que realizó el bacteriólogo británico Ernest Hankin en las aguas del río Ganges ya en 1896 sobre la actividad antimicrobiana que observó en un patógeno mortal para el ser humano como el Vibrio cholerae, causante del cólera. A lo largo de los años, otros reconocidos bacteriólogos documentaron procesos similares sobre otras bacterias en diferentes entornos. El microbiólogo francocanadiense Félix d’Herelle fijó el fenómeno en 1917 reconociendo y dando su nombre a los bacteriófagos.

Maria Àngels Calvo repasó los éxitos que ya se han conseguido en el campo de la veterinaria en el uso de estos virus con fines terapéuticos. Las investigaciones en microbiología veterinaria han permitido combatir mediante bacteriófagos patógenos como la Salmonella en potros y diversos tipos de aves; la Scherichi coli en ratas, ratones, potros, terneros, cochinillos y corderos; el Clostridium difficile en hamsters; el Acinetobacter baumanii en ratas y ratones; el Seudomonas aeruginosa también en ratas y ratones, o el Staphylococcus aureus en ratones y vacas. Todas estas experiencias han permitido certificar la efectividad del uso de estos virus para combatir el contagio de las enfermedades provocadas por esta serie de bacterias patógenas sin afectar a la microbiota, originando a su vez una baja respuesta inmunógena.

La académica destacó las ventajas del uso terapéutico de estos virus, especialmente en comparación con los antibióticos: «Los bacteriófagos pueden llegar a zonas del organismo donde no llegan los antibióticos, eliminan con eficiencia todos los patógenos, se pueden administrar como tratamiento preventivo y su producción es mucho más rápida que la de los antibióticos», señaló. Asimismo, apuntó la modificación genética que se está realizando sobre estos virus para hacerlos más efectivos y seguros en una línea de investigación de la farmacología que puede marcar futuros tratamientos.

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